RT – “Me temo que envenenen mi comida para que tenga que salir de aquí e ir a un hospital”, comenta el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en una entrevista que marca sus 400 días de reclusión en la embajada de Ecuador en Londres.
En una entrevista exclusiva a la revista británica ‘WHO’, Assange contó sobre las peculiaridades de su vida en la embajada de Ecuador, que le concedió asilo político, sus preocupaciones y sus aspiraciones políticas.
“El baño de mujeres era el lugar más tranquilo, el único donde lograba dormir”, cuenta el periodista, relatando que el ruido de los almacenes Harrods, que están cerca de la embajada, no le dejaba dormir.
“Pensé que merecía la pena usarlo y renovarlo un poco. El personal de la embajada consintió. Ellos quitaron el lavabo de allí. Han sido muy amables”.
El baño, sin embargo, no ha sido su habitación personal: Assange constantemente cambia de cuarto por motivos de seguridad. Por las mismas razones evita hacer público de qué restaurante le traen su sushi: “Podrían encontrar el lugar. Podrían poner algo en la comida que no me mate, pero me haga sentirme mal para que tenga que ir a un hospital”.
“No estoy aquí por Suecia”, destaca el fundador de WikiLeaks, que es buscado por este país por acusaciones formales de violación. Lo que le preocupa es ser extraditado a EE.UU., donde enfrenta cargos por publicar materiales clasificados en la página web de WikiLeaks.
“Echo de menos el mundo exterior”, dice Assange, que usa una lámpara para broncearse y compensar la falta de sol, e intenta sentirse más en casa con sus productos favoritos australianos. Admite que le ayuda mucho lo que le prestan sus seguidores, de los que un pequeño grupo va a diario a la embajada a las 4 de la mañana.
Lo visitan de vez en cuando sus admiradores más famosos también, entre ellos la cantante Lady Gaga, el actor John Cusack, la diseñadora de moda Vivienne Westwood, y la mujer de John Lennon, Yoko Ono.
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