Más de mil británicos rechazaron una eventual agresión contra Siria, tras participar hoy en una marcha por céntricas calles de esta capital y concentrarse en la Plaza Trafalgar, indicó la televisión local.
Los manifestantes celebraron, además, el fracaso del gobierno del primer ministro conservador David Cameron que intentó aprobar en la Cámara de los Comunes un plan de contingencia militar para atacar al estado levantino, en una votación realizada el pasado jueves.
Con consignas de Manos fuera de Siria y No a un ataque a Siria, los participantes en la demostración, organizada por la agrupación Stop the war (Paren la guerra), también se pronunciaron frente a la sede del Gobierno, en Downing Street 10.
El gabinete de conservadores y liberales registró un fiasco de sus planes bélicos en la votación por estrecho margen en el Parlamento.
Para tratar de convencer a los diputados, Cameron presentó un documento, con respaldo del Fiscal General, en un intento por darle viso legal a una acción armada contra Damasco, aún sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, como sucedió con Irak, en 2003.
El jefe de Gobierno insistió en las acusaciones, sin pruebas, de que el gobierno sirio era el supuesto responsable de un ataque con armas químicas, registrado el pasado día 21 en las afueras de Damasco.
Pero un artículo exclusivo difundido aquí de la periodista Dala Glavek se refiere a confesiones de miembros de grupos opositores sobre el empleo de armas químicas, presuntamente entregadas por la inteligencia saudita al Frente Al Nusra, vinculado a la organización terrorista Al Qaeda.
Glavek recuerda en su trabajo que Estados Unidos, el Reino Unido y Francia tratan de emplear el pretexto del uso de armas químicas por el gobierno sirio para justificar la agresión.
El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó de provocación los argumentos de que las autoridades sirias emplearon armas de destrucción masiva en el conflicto interno.
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