AVN.- El mundo estará mejor cuando Estados Unidos deje de interferir en los asuntos internos de los demás países, enfatizó el presidente de Siria, Bashar Al Assad, en referencia a la injerencia del imperio estadounidense en el conflicto interno del país árabe, que enfrenta desde 2011 los ataques de terroristas y mercenarios apoyados desde el exterior.
“El mundo está mejor cuando Estados Unidos deja de interferir”, expresó el Jefe de Estado en entrevista exclusiva con el periodista y enviado especial de Telesur a Damasco, William Parra.
Como argumento de su posición, Al Assad dijo que basta ver el antes y el después de la intervención norteamericana en naciones como Irak, Afganistan y Libia, así como la actual situación de América del Sur que recoge los frutos del desarrollo y la soberanía al ser cada vez más libre del imperio estadounidense.
“Sería mejor que Estados Unidos no intente solucionar los problemas del mundo. En cada lugar que intentaron hacer algo, empeoraron las situaciones”, acusó el presidente sirio, en respuesta a las declaraciones que hiciera el presidente estadounidense, Barack Obama, quien dijo en la 68ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que su país no puede solucionar todos los problemas del mundo y necesita colaboración internacional.
“Lo que queremos de Estados Unidos es que no interfiriera en los asuntos de los países, entonces el mundo será mejor seguramente”, insistió Al Assad, tras recalcar que Siria es independiente y seguirá resistiendo la arremetida imperialista, además de continuar colaborando con la ONU para avanzar en una solución política al conflicto.
Actualmente, Siria es amenazado por Estados Unidos, que acusa sin pruebas al Gobierno del país árabe de haber usado armas químicas contra su pueblo, excusa similar a la utilizada en contra de Irak en 2003.
Ante el fracaso de la amenaza de intervención militar anunciada por el imperio estadounidense, por falta de apoyo en el Congreso norteamericano; la negativa en la ONU y la disposición de Siria para alcanzar una solución política, potencias occidentales presionan cada vez más al Gobierno de Al Assad para que renuncie a su cargo, e insisten en respaldar las acusaciones infundadas de EEUU.
En este contexto, el Jefe de Estado defendió que toda decisión corresponde al pueblo sirio.
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