domingo, 8 de septiembre de 2013

Cólera en el Caribe: los medios apuntan a Cuba, ¿por qué no a Punta Cana?

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Grandes medios internacionales llevan semanas hablando sobre un brote de cólera en Cuba, que habría afectado también a varios turistas extranjeros (1).
Curiosamente, en la República Dominicana –país vecino- se ha registrado un brote similar, con un 86% de los casos ubicados en la provincia de La Altagracia, donde está situado el conocido complejo turístico de Punta Cana (2).
La existencia de cólera en la República Dominicana, sin embargo -salvo excepciones-, no ha sido noticia en la prensa internacional.
El diario español ABC, por ejemplo, publicaba, en apenas semana y media, hasta cuatro noticias sobre el brote de cólera en Cuba, por ninguna sobre el de República Dominicana. Su información, además, tenía un evidente sesgo alarmista, con un claro mensaje desmotivador para posibles viajeros a Cuba: “Dos turistas españoles, entre los infectados por un brote de cólera en Cuba”, titulaba el 27 de agosto (3). Y al día siguiente leíamos “Toda precaución es poca porque en Cuba vuelve a haber cólera” (4).
Este diario español y otros de Miami y América Latina resaltaban la alerta emitida por el Gobierno de EEUU sobre el cólera en Cuba (5), que aparece destacada a su vez en la web oficial de su oficina diplomática en La Habana (6). Por el contrario, en el portal digital de la Embajada de EEUU en Santo Domingo no hay alusión alguna al cólera en República Dominicana (7).
Curiosamente, un informe reciente de la propia Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID) asegura que más del 90 % del agua que llega a los hogares de la República Dominicana no es apta para el consumo humano, un factor importante en la propagación de la citada enfermedad (8). En Cuba, por el contrario, la cobertura de agua potable se aproxima al 96 % de la población (9).

Un mensaje que se repite en los medios es el supuesto secretismo del Gobierno cubano en relación al citado brote, por lo que la fuente informativa no serían las autoridades sanitarias de la Isla, sino un informe de la Organización Panamericana de la Salud (10). Pero, curiosamente, los medios que acusan a Cuba de ocultar la información, ocultan que los datos que recoge ese informe fueron aportados a la citada organización por el Ministerio de Salud de Cuba (11).
En dicho informe, que aborda la situación del cólera también en Haití y República Dominicana, comprobamos que en Cuba se produjeron el pasado año 3 defunciones, mientras en República Dominicana, desde noviembre de 2010, se elevan a 454 las personas fallecidas por el cólera (12).
Se observa, además, la profusión de datos aportados por Cuba, en comparación a los de los otros dos países. Podemos conocer el número exacto de personas afectadas, 163; la nacionalidad de los 12 turistas tratados, todos atendidos en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí de La Habana; así como detalles sobre los sistemas y protocolos de prevención y control empleados en el país para frenar el brote.
Por la prensa cubana, por ejemplo, sabemos que, entre muchas otras medidas, se está comenzando a aplicar la vacuna homeopática Prevengho-Cólera en municipios de la provincia de Granma, para después extender el tratamiento a todo el país (13).
Parece evidente que el brote de cólera está siendo utilizado por la maquinaria mediática transnacional para atacar a Cuba, con objetivos muy precisos: uno, afectar el turismo a la Isla; dos, desmitificar su respetado sistema de salud, presentado como incapaz de evitar o detener la enfermedad; y tres, desprestigiar los programas de cooperación médica cubana en otros países. En esta línea, el citado diario español ABC publicaba una entrevista a Pedro Martínez Latuff, médico venezolano antichavista, con un título elocuente: “Los cubanos están trayendo el cólera a Venezuela” (14).
Es conocido el intento, desde los medios de Miami, por frenar el creciente turismo a Cuba de la emigración cubana en EEUU, tras el levantamiento -por parte del Gobierno de Obama- de las prohibiciones de viaje a este sector. Varios medios publicaban el testimonio de Alfredo Gómez, un supuesto emigrado cubano de vacaciones en La Habana, afectado por el cólera, que denunciaba haber sido presionado para pagar 4.700 dólares en el centro médico donde fue atendido (15). Otro turista también afectado, el alemán Volker Hermsdorf, publicaba días después un artículo en el que calificaba de estafa y montaje mediático el testimonio del citado Alfredo Gómez, y en el que alababa la profesionalidad del personal médico cubano por el que fue atendido (16). Por supuesto, este segundo testimonio no ha interesado lo más mínimo a los citados medios.
Y es que el brote de cólera de Cuba no es nada en comparación a la epidemia de cinismo, doble moral, censura y manipulación que propagan a diario los grandes medios internacionales (17).

(7)                    http://spanish.santodomingo.usembassy.gov/nprensa.html
(15)                http://www.martinoticias.com/content/article/26825.html

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