Libia hoy en día es una Somalia en el Mediterráneo, donde florece el tráfico de personas. Y esto es “el resultado del cinismo de Occidente que se esconde detrás de una máscara de moral”, insiste el columnista Ulrich Ladurner.
“Occidente se limitó a bombardear y luego se puso de perfil. Con cierto grado de cinismo podemos decir que la OTAN despejó el camino a los bandidos… ¡Y lo hizo en nombre de los derechos humanos!”, escribe Ladurner en su artículo publicado en el diario alemán ‘Die Zeit’. Subraya que el crimen en la Libia de hoy, empezando por el más importante, la trata de personas, es un negocio millonario. “¿Y los derechos humanos? Ahora deben defenderse en otros lugares, por ejemplo, en Siria. Así que Occidente mira para otro lado, a otro país que quiere salvar”, subraya el columnista.
“Las calles libias hoy en día son un mercado negro de armas, los presos políticos sufren en las cárceles torturas crueles y grupos armados, organizaciones islamistas radicales entre ellos, están en el poder “, comenta, por su parte, el portavoz de la Unión de las Tribus de Libia, Bassem as-Sol, a la radio La Voz de Rusia.
Según él, la Libia de hoy es parte de un mecanismo internacional que sirve para cumplir con las misiones formuladas por Al Qaeda. Revela que el país sirve para entrenamientos de los jóvenes que la red terrorista quiere mandar a Siria y que entre ellos hay incluso niños, mientras que las autoridades espirituales llaman a unirse a la guerra santa en Siria y acabar con los ‘infieles’.
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