De Huffington Post
Mandela. Un nombre. Un hombre. Una misión: Salvar a una nación de sí misma.
Pocos hombres en la historia de la humanidad han tenido más impacto en una nación e inspirado al mundo.
Mandela
Lideró a su país desde el vicioso apartheid a la gloria de una democracia multiracial, pacificamente.
¿Algún individuo hadado más a una nación y a una causa? Sólo aquellos que han sacrificado su vida entera.
El Sr. Mandela pudo fácilmente pasar aquellos 27 años de encarcelamiento en el extranjero, protestando contra el mal desde lejos, a salvo de repercusiones. Él no. Si su gente sufría, él sufriría con ellos.
Yo sé algo sobre protestar. Sé los sentimientos y las preguntas que pasan por la cabeza de aquellos que están contra el sistema, desafiando todo por una causa. Nunca es fácil. El precio personal es alto, pero la gente más grande lucha por los valores más grandes. La Sudáfrica moderna está construida sobre las espaldas del sacrificio del Sr. Mandela. Aún me impresiona, que un hombre pueda renunciar a dos décadas y media de su vida, salir de prisión y perdonar a quienes le encerraron.
La palabra Zulu “ndugu” es la que mejor lo describe, significa: Mi humanidad está a través de ti. El Sr. Mandela fue capaz, a pesar del mal que le hicieron, de ver la humanidad de que aquellos que lo castigaron. Esta es una lección que debe ser aprendida por el mundo: Hay humanida, incluso en el peor de nosotros. Si los líderes del mundo adoptaran este método, habría paz alrededor del mundo. El probó que siempre existe un método para resolver las diferencias.
Tal como caminó hacia la libertad, pienso en el en su celda, valiente y orgulloso, inquebrantable, alimentado por la fuerza de sus convicciones por todos esos años. Su voluntad de acero fue un faro para aquella nación, y en ese gran día, los sudafricanos siguieron esa poderosa e inspiradora luz fuera de la esclavitud.
Después, me sorprendió descubrir que el Sr. Mandela acostumbraba escuchar mis peleas cuando estaba en prisión en la Isla Robben. Esa revelación me conmovió hasta las lágrimas. Ahí estaba él, un rey en el exilio, siendo animado por mis hazañas en el ring. De haber sabido que escuchaba, probablemente habría apaleado a Joe aquella noche. Siempre fui el mejor luchando por algo.
El Sr. Mandela es considerado un jefe de su tribu, el nombre de su familia es Mandiba, pero el representa a una tribu mucho más larga. Él es el jefe de la tribu del coraje, y la decencia de toda la humanidad. No hay otro más significativo, importante, profundo líder mundial en este siglo.
En cientos de años, hablarán su nombre, y por ahí algún niño será imbuido de su espíritu y usará esa inspiración para alcanzar la grandeza. Este es su legado, un camino para las generaciones que vienen ¿Hay algo más grande que pueda ser dejado atrás?
Por buenas razones, el señor Mandela es también llamado Tata, padre. Él es de hecho el padre de su nación. Porque el ha vivido su vida al servicio de otros, siendo un guerrer de la libertad, un símbolo de sacrificio, y es también el padre de otras naciones. Tata del mundo.
Saludo esta grandeza de hombre y me siento honrado y bedecido de haber vivido en la misma época que este hombre.
Traducción: Don Buena Onda
0 comentarios:
Publicar un comentario