En medio de las protestas en Brasil y cuatro meses antes de la Copa Mundial, las unidades de la Policía del país han amenazado al Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff con lanzar una huelga nacional.
Para Rousseff cuyo tema de reelección en los comicios presidenciales del próximo octubre está a punto de ser planteado el 10 de febrero por el partido gubernamental, el Partido de Trabajadores.
El vicepresidente de la Asociación Nacional de Policías Federales, Luiz Baldens, informó el martes sobre la decisión tomada la semana pasada por las 27 oficinas regionales del sindicato de la Policía federal, junto con la dirección nacional.
“Decidimos cambiar la forma de negociación con las autoridades” porque “el Gobierno insiste en dar aumento salarial sin atender otras demandas” y “siempre posterga la respuesta a nuestras demandas”, expresó.
La amenaza de una huelga de agentes se produce cuando Brasil está trabajando con la Policía militarizada para organizar la seguridad de los juegos de la Copa Mundial, el cual se disputará entre el 12 de junio y el 13 de julio próximo, en un total de 12 ciudades, y cuya inversión es de unos 640 millones de dólares.
El Gobierno central busca apaciguar las manifestaciones que se han desatado durante las últimas semanas, en contra de la inversión destinada a la realización de la Copa del Mundo de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
Asimismo, la Administración de Rousseff desea evitar la repetición de las mismas escenas que tuvieron lugar del año pasado durante la Copa Confederaciones de la FIFA, cuando se originaron masivas protestas contra el evento deportivo.
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