Este miércoles las fuerzas regulares y la Guardia Nacional de Ucrania iniciaron un bombardeo masivo contra las posiciones de las milicias populares en Lugansk, mientras la población de Donetsk sigue blanco del fuego intenso de artillería y de la aviación.
A primera hora, las unidades que participan en la operación militar-policial a gran escala en el sureste ucraniano atacaron con la artillería la ciudad de Rubezhnoye, en la zona de la estación termoeléctrica, que abastece de energía prácticamente a toda la urbe, indicaron informativos.
Según el estado mayor de las fuerzas de autodefensas en Lugansk, intensos combates tienen lugar en varios puntos de control de acceso a la ciudad, mientras el Ejército ucraniano concentra agrupaciones adicionales con gran cantidad de armamento pesado en los alrededores del territorio.
Columnas militares, con tanques y blindados avanzan por la carretera entre Rubezhnoye y Lugansk, de acuerdo con un reportaje del Primer canal de la televisión rusa.
Tras una masiva embestida ayer de las tropas regulares por tierra y aire contra la ciudad de Donetsk, batallones de milicianos de Lugansk se trasladaron hacia la vecina región para prestar auxilio a las brigadas de autodefensas.
Los combates hasta la noche de ayer por el control del aeropuerto internacional de Donetsk causaron decenas de muertos y heridos entre la población civil y los milicianos. Un ataque a un camión que trasladaba heridos dejó al menos más de 30 muertos y casi una veintena de lesionados.
En Kiev, el ministro de Interior Arsen Avakov informó que como resultado de golpes de la aviación fue destruida una base de milicianos en Lugansk. El estado mayor de las autodefensas no confirmó esos datos.
Hasta la mañana de hoy regía en territorio de Donetsk el toque de quedaimplantado por los representantes de la recién proclamada República Popular de Donetsk debido a la grave situación de guerra y los peligros para la población civil, luego de los masivos bombardeos que no cesan desde el lunes.
El gobierno ucraniano anunció la víspera un ultimátum de rendición a las fuerzas de autodefensas con la amenaza de aplastar la resistencia en el oriente del país mediante armamentos sofisticados de alta precisión.
Sin embargo, desde la fase activa de la operación de castigo a mediados de abril el Ejército ha empleado sistemas coheteriles de gran impacto letal y proyectiles de alto calibre en el hostigamiento en zonas densamente pobladas en el territorio del Donbass.
(Con información de Prensa Latina)
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