x Laureano Larroza
Decenas de personas han resultado heridas el viernes en el puerto de Esmirna, tras una violenta carga policial contra los manifestantes que protestaban
Critican la negligencia de las autoridades tras el derrumbe de una mina de carbón en la ciudad de Soma, que ha dejado al menos 284 muertos. Las tropas represivas atacaron con gases lacrimógenos y cañones de agua a los congregados que se sumaban a una huelga convocada por cinco entidades obreras, entre ellas la Confederación de Sindicatos Obreros Revolucionarios (DISK), y el Sindicato Turco de Trabajadores del Sector Público (KESK).
El martes, una potente explosión a 200 metros de profundidad en una mina de carbón en la ciudad turca de Soma, rica en yacimientos de este mineral, sepultó a unos 700 obreros que se encontraban en la hora de cambio de turno, dejando al menos 284 muertos. Se cree que un fallo eléctrico provocó la tragedia. Desde ese día, miles de ciudadanos tomaron las calles de las principales ciudades de Turquía, transformando la tristeza en revuelta después del peor accidente industrial de la historia del país.
En el cementerio de la ciudad minera, situada en la provincia de Manisa, se vivieron numerosas escenas de dolor, avivadas por la rabia de saber que el desastre podría haberse evitado con mayores medidas de seguridad. "No es un accidente, es un asesinato", fue una de las consignas coreadas durante las marchas convocadas por varios sindicatos, junto a una huelga general, en protesta por las políticas de privatización y subcontratación. Los sindicatos sostienen que la privatización del sector minero es la causa del incidente, pues, los dueños de las minas privadas no invierten lo suficiente para garantizar la seguridad de sus trabajadores.
"En Esmirna, la policía intervino con dureza y dispersó a la marcha con gases lacrimógenos, una acción que dejó varios heridos, entre ellos el presidente de la Confederación de Sindicatos Obreros Revolucionarios (DISK), Kani Beko", detalló el presidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB, por sus siglas en turco) Mehmet Soganci. La violenta intervención policial causó que varios de los manifestantes, entre ellos el presidente del sindicato DISK, Kani Beko, perdieran la consciencia y tuvieran que ser trasladados en ambulancia a un hospital cercano.
“Cientos de nuestros hermanos trabajadores en Soma han sido condenados a muerte desde el principio, al ser obligados a trabajar en tan brutales procesos de producción para adquirir el máximo de ganancias”, reza una declaración de varios sindicatos, tras realizar el llamamiento a la huelga realizada hoy.
“Llamamos a los trabajadores y a los amigos de los trabajadores a levantarse hoy por nuestros hermanos en Soma”, dice el comunicado sindical, en el que se insta también a vestir de negro en luto por las víctimas.
Mientras tanto el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ayer enardeció a la multitud reunida en Soma al decir que los accidentes de trabajo son “cosas de todos los días. Los accidentes mineros no solo suceden en Turquía. También pasan en tantos otros países como en Estados Unidos, China, Francia, India y Bélgica. Yo doy, por ejemplo, cifras de muertos, mucha gente muere en los accidentes mineros. Nuestro país está en una mejor posición”. Después fue masivamente abucheado y tuvo que refugiarse en una tienda de abarrotes.
Didem Kül, militante del Partido Comunista de Turquía sostuvo en una de las protestas que "hay cientos de trabajadores muertos en horribles condiciones y el estado le pagará 1.000 liras (352 euros) a cada familia, cuando hace solo un par de meses se supo que andaban escondiendo millones de dólares procedentes de la corrupción en cajas de zapatos”.
"La huelga fue un éxito: en todas las ciudades, nuestros afiliados se vistieron de negro, observaron un minuto de silencio para conmemorar a los obreros muertos y luego marcharon hacia la delegación de Trabajo de su municipio", resumió Mehmet Soganci del TMMOB, una de las cinco entidades convocantes. "No sólo las minas se han privatizado, sino también la supervisión. Todos trabajan con subcontratos y el control público es nulo. Hace unos cuantos años, con una tecnología mucho más rudimentaria, pero con las minas gestionadas por el Estado, ocurrían menos accidentes", denunció también Soganci.
La unión sindical Türk-Is, la mayor del país, también había convocado al paro, así como tres minutos de silencio diarios durante la próxima semana, para protestar contra lo que define como "un crimen laboral". Türk-Is, criticó duramente la expansión de los subcontratos que han hecho estragos en el sector minero, al acabar con toda supervisión efectiva de las condiciones laborales.
Según un estudio del mencionado TMMOB, realizado en las minas de Zonguldak, entre 2000 y 2008, las minas privadas tienen una tasa de mortalidad seis veces más alta que las que son de gestión pública. Por cada millón de toneladas de carbón extraído, en Turquía mueren 6,5 obreros, una cifra seis veces mayor que la de China, treinta veces mayor que la habitual en la India y Sudáfrica, y 200 veces por encima de la de Estados Unidos. Es en cambio comparable a la tasa de Estados Unidos e Inglaterra alrededor del año 1900.
A las reivindicaciones sindicales se han sumado también las ciudadanas, con miles de personas saliendo a las calles no solo en Soma, sino también de Ankara y Estambul, para protestar contra el Gobierno y la empresa responsable de la explotación.
ANRed
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