Kiev, 21 jun (PL) Las milicias populares de Donetsk denunciaron hoy otro nuevo bombardeo del Ejército ucraniano contra Slavyansk con el uso de bombas incendiarias, pese a la entrada en vigor del propalado plan de paz del Gobierno.
Representantes de autodefensas dijeron que en los ataques de este sábado en los alrededores de Slavyansk y la localidad de Semionovka, la aviación militar ucraniana empleó bombas de fósforo blanco, prohibidas por convenciones internacionales.
Es así como trabaja en la realidad el plan de paz de Kiev para solucionar supuestamente la situación en el territorio de Donbass, comentó un jefe de las milicias a la agencia ITAR-TASS.
La fuente dijo que el ataque se produjo justo una hora después que el presidente Piotr Poroshenko anunciara un tregua temporal para acciones combativas.
Agregó que en los combates a unos 15 kilómetros de la ciudad de Slavyansk participan también escuadrones de la Guardia Nacional.
El alto al fuego estará vigente una semana, y según Poroshenko, en ese lapso las milicias deberán deponer las armas y liberar las sedes gubernamentales.
Si no ocurre eso en el período indicado, todos aquellos que no cesen el fuego deberán ser destruidos, anunció el mandatario, cuyo decreto no define claramente un cese de las hostilidades por el Ejército.
Las milicias de Donetsk y Lugansk, en ese caso, tienen un plazo hasta las 11:00 hora local del 27 de junio para entregar las armas y rendirse, acorde con el ultimátum del gobernante.
Otro punto contempla la reanudación de las transmisiones de radio y televisión en esos territorios, de los canales y emisoras ucranianas, y la proyectada creación de una zona de armisticio de unos 10 kilómetros y un corredor de seguridad próximos a la frontera con Rusia.
Estos últimos pasos de Kiev han sido interpretados por analistas y autoridades rusas, entre ellos el canciller Serguei Lavrov, como clara política de limpieza étnica, en relación con la población rusohablante.
Tales corredores “humanitarios” no se corresponden con la solicitada ayuda a los civiles afectados por los bombardeos y acciones represivas gubernamentales, sino que están dirigidos para quienes quieran abandonar el Donbass, incluidos los dirigentes de la resistencia y milicianos.
El propio ministro de Defensa, Mijail Koval, reconoció que los pobladores del sureste ucraniano “serán filtrados”, mediante un censo de lealtad a Kiev, y distribuidos por otras regiones del país.
Dirigentes de las milicias alertaron que con esos propósitos de limpieza étnica ya funciona un campamento de refugiados en Zaporozhie.
Mientras tanto, la operación militar a gran escala contra las regiones rebeldes no ha cesado, lo cual corroboran los reportajes de corresponsales de guerra desde la línea del fuego, principalmente, de canales federales rusos.
En declaraciones al corresponsal del periódico Komsomolskaya Pravda, el comandante de las autodefensas en el Donbass, Igor Strelkov, denunció que entre los atacantes a la pequeña ciudad de Yampol había casi un centenar de mercenarios con armamentos occidentales.
Agregó que tras la toma sangrienta de Yampol -con saldo de más 200 muertos- y la creación allí y en los alrededores de un enclave militar, dirigieron las fuerzas contra Slavyansk y la localidad de Nikolaevka, también en la región de Donetsk. Strelkov no descartó asimismo un nuevo ataque a Kramatorsk.
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