Aunque pocos dudan de su asesinato, el vídeo que muestra la decapitación del periodista James Foley ha generado muchas interrogantes, pero ha servido a Estados Unidos como argumento para justificar sus ataques contra Siria. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y fueron consideradas auténticas por el gobierno de Barack Obama, que inmediatamente puso en marcha su estrategia para intervenir en este país árabe con el argumento de combatir al extremista Estado Islámico (EI). La divulgación de la cinta ocurre en un momento en que Washington ha ordenado los bombardeos contra posiciones que el EI controla en Iraq y sus planes de extender esos ataques a territorio de Siria donde opera ese grupo extremista. El EI mantiene vínculos con otras organizaciones similares que el gobierno de Estados Unidos y otras potencias ocidentales y del mundo árabe apoyan con dinero y armas para derrocar al gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad. En la filmación, de cuatro minutos y 40 segundos, aparece Foley arrodillado y vestido con un uniforme naranja como el usado por los prisioneros en la cárcel de Guantánamo, y detrás un hombre completamente de negro y con el rostro cubierto con un pasamontañas mientras porta un cuchillo en la mano. Cuando el extremista se inclina y coloca el arma en el cuello de la víctima, la pantalla se pone en negro y un segundo después aparece una imagen estática donde se ve el cuerpo sin vida de Foley y su cabeza ya cortada. Pero según declaró al diario británico Daily Mail la asesora política de la presidencia siria, Buzaina Shaaban, las autoridades en Damasco tienen pruebas concluyentes de que el periodista Foley fue ejecutado hace un año. Shaaban precisó que el comunicador fue secuestrado por el autodenominado Ejército Libre de Siria en 2012 y después vendido al EI. "Tenemos la información definitiva, y la ONU tiene la información, y puede probar que el periodistas fue ejecutado hace un año", recalcó. Las imágenes de la supuesta decapitación dejan muchas preguntas en el aire. Expertos de una compañía internacional de investigación forense que colabora con la policía británica en el caso consideraron que la filmación es un montaje, aunque no descartaron que su muerte ocurriera tras la cámara, reveló el periódico The Telegraph. No veo ninguna señal de sangre o lesiones por arma blanca, expresó al Daily Mail otro perito forense. "A pesar de que el corte parece ser a través de la tráquea y no de una arteria principal, si esta escena fue real, uno esperaría ver alguna señal de derramamiento de sangre. No hay ninguna señal de sangre en la ropa", precisó. Además, la víctima está muy rígida, ya sea porque es increíblemente firme o porque le explicaron que sólo era video de propaganda, comentó. Otros detalles tomados en cuenta por los expertos se refieren a que el supuesto asesino no grita en ningún momento Allahu Akbar (Dios es grande), como usualmente hacen los grupos yihadistas, ni tampoco se ve la bandera negra del EI como en decenas de vídeos anteriores. El islamita ni siquiera comenzó su discurso con la habitual frase en esta región "Bismillahir Rahmanir Rahim" (En el Nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso). Otro elemento es la calidad del video, aparentemente filmado con dos cámaras de alta definición, que contrasta con los muchos que ha divulgado el EI por las redes sociales de pobre factura. A juicio de Paul Joseph Watson, editor del sitio web Infowars, esos indiciós podrían tener como conclusión lógica que el vídeo fue producido por agencias de inteligencia occidentales como argumento para ampliar sus ataques militares en la región, advirtió. "Fue realmente cortada la cabeza de Foley? Es difícil de decir. Hemos sido alimentados con tanta propaganda falsa de guerra del Gobierno (de Estados Unidos) en las últimas décadas -desde bebés kuwaitíes arrojados de las incubadoras a las armas nucleares ocultas de Saddam Hussein- que tenemos que ser muy cautelosos", escribió en su blog el periodista norteamericano Eric Margolis. Con un trabajo de casi tres décadas en zonas de conflicto, el comunicador, se pregunta si "la indignación orquestada sobre Foley es un preludio de los medios para dirigir la intervención estadounidense en Siria". Real o no, lo cierto es que la cinta permitió al gobierno estadounidense movilizar a la opinión pública para justificar ataques contra esta nación levantina, un plan que intenta llevar a cabo desde hace más de tres años. Roberto Castellanos Fernández – PL |
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