Hace 13 años, el 11 septiembre de 2001, el Centro Mundial del Comercio de la ciudad de Nueva York, uno de los núcleos financieros más importantes del mundo, fue atacado por militantes de la organización Al Qaeda, para ese entonces liderada por Osama Bin Laden, un antiguo socio de Washington, armado y entrenado por la CIA.
Los sucesos de este día, que mataron a casi 3.000 personas, cambiaron la historia del mundo y desencadenaron la “guerra contra el terrorismo” que EEUU extendió por varios países de Medio Oriente, que aún sufren sus consecuencias.
El relato oficial de lo que sucedió ese día, y lo que cientos de medios se encargaron de replicar, ya lo conocemos.
Pero voces alternativas se han atrevido a cuestionar la versión oficial de lo sucedido aquel 11 de septiembre. La mayoría coinciden en que de ningún modo la primera potencia militar del mundo, pudo haber permitido un ataque semejante, lo que nos deja dos hipótesis posibles:
No fue un “ataque” externo, todo fue “autoatentado” para justificar la guerra.
El Gobierno lo sabía, y lo permitió para justificar sus planes belicistas.
Proteger a los Bin-Laden
En Fahrenheit 9/11, el documentalista estadounidense Michael Moore afirma que, pese a existir sospechas de que el ataque fue perpetrado por Al-Qaeda, es decir por Osama Bin Laden, y de que existía una orden de no permitir vuelos sobre territorio estadounidense, 24 miembros de su familia fueron evacuados vía aérea.
“En los días posteriores al 11 de septiembre todos los vuelos comerciales y privados fueron retenidos en tierra (…) en realidad ¿quién querría volar?. Nadie. Excepto los Bin Laden (…) La Casa Blanca aprobó planes para recoger a los Bin Laden y a otros muchos saudíes. Al menos seis aviones privados y casi dos docenas de aviones comerciales sacaron de EEUU a los saudíes y a los Bin Laden después del 13 de septiembre. En total 142 saudíes, incluídos 24 miembros de la familia Bin Laden fueron autorizados a abandonar el país”.
Reacción lenta
Quien fuera el encargado de la oficina antiterrorista de EE.UU. para el 11 de septiembre de 2001, Richard Clarke, declaró que, en comparación con la magnitud de la “amenaza” que representaba Al-Qaeda y Bin Laden, cuya base estaba en Afganistán, sólo fueron enviados 11 mil soldados y no fueron enviados directamente al lugar donde se escondía el saudí.
“Su acción fue lenta y de pequeña envergadura. Enviaron sólo 11 mil soldados a Afganistán. Hay más policía aquí en Manhattan que tropas estadounidenses en Afganistán. El Presidente (George W. Bush) convirtió la respuesta al 11-S en una burla. Debió de ir directamente por Bin Laden. Nuestras tropas especiales tardaron en llegar a la zona donde estaba Bin Laden dos meses” .
El objetivo es Iraq
Además, Clarke recuerda que el 12 de septiembre de 2001, se reunió con Bush y éste le pidió que los informes de lo ocurrido 24 horas antes arrojaran que detrás de los ataques estaba una “mano iraquí”.
“El Presidente (George W. Bush) de forma muy intimidatoria nos dio a mi equipo y a mi indicaciones muy claras de que quería que volviéramos con la conclusión de que detrás del 11-S había una mano iraquí, porque habían estado planeando hacer algo con Iraq antes de acceder al poder (…) Fue Iraq-Saddam, investigue e infórmeme (…) Donald Rumsfeld, cuando hablamos de bombardear la infraestructura de Al-Qaeda en Afganistán, dijo que no había buenos objetivos en Afganistán, bombardeemos Iraq. Entonces le dijimos: ‘pero Irak no tiene nada que ver con esto’, pero eso no pareció importarle mucho”.
¿Hay un video del impacto en la primera torre?
El internacionalista francés Thierry Meyssan publica en su libro: 11 de septiembre de 2001: La Terrible impostura, la transcripción de una entrevista a George W. Bush donde habla de haber visto en la escuela primaria en la que se encontraba en Florida, el 11 de septiembre de 2001, un video del primer avión que chocó contra la Torre Norte del World Trade Center.
“Estaba sentado fuera de la clase, esperando el momento de entrar, y vi un avión que chocaba contra la torre —la televisión estaba, claro está, encendida—.Y como yo mismo he sido piloto, me dije, pues vaya, qué mal piloto. Dije, debe tratarse de un horrible accidente. Pero me llevaron (a la clase) y no tuve tiempo de pensar en eso. Estaba pues sentado en el aula y Andy Card, mi secretario general que puede ver sentado allí, entró y me dijo ‘Un segundo aparato se ha estrellado contra la torre, Norteamérica está siendo atacada’”, dijo Bush a un periodista.
“Así pues, según sus propias declaraciones, el presidente de Estados Unidos vio imágenes del primer choque antes de que ocurriera el segundo. Esas imágenes no pueden ser las que tomaron por casualidad Jules y Gédéon Naudet. En efecto, los hermanos Naudet estuvieron todo el día filmando en el World Trade Center y su video sólo lo difundió la agencia Gamma trece horas más tarde. Se trata, por lo tanto, de imágenes secretas que le fueron transmitidas sin demora en la sala de comunicación de seguridad que se había instalado en la escuela primaria en previsión de su visita. Pero si los servicios de información estadounidenses pudieron filmar el primer atentado es porque habían sido informados previamente. Y en ese caso, ¿por qué no hicieron nada para salvar a sus compatriotas?”.
Por un nuevo Pearl Harbor
Phillip Marshall (1) escribió dos libros que hechan abajo las teorías oficiales de la tragedia del 11 de septiembre. En su libro “El gran engaño”, Marshall asegura que los 2.843 muertos en N. York hace 13 años, sirvieron de excusa para provocar los cambios que han ocurrido desde el 11 de septiembre, era necesario un ataque estilo Pearl Harbor en Estados Unidos.
Cita un documento publicado por Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC), “Reconstruyendo las Defensas de America”: ‘la transformación sería muy larga, por falta de algún evento catastrófico o catalítico como un nuevo Pearl Harbor’.
Marshall afirma que al culpar a Osama bin Laden del ataque, esto se podría usar para justificar una política de guerra preventiva en contra de Iraq, y finamente contra Siria e Irán.
Referencias:
(1): Expiloto de la CIA y la DEA. Fue encontrado muerto el 2 de febrero de 2013 junto a sus dos hijos adolescentes, en lo que fue catolagado como suicidio por las autoridades estadounidenses.
teleSUR
Hace 13 años, el 11 septiembre de 2001, el Centro Mundial del Comercio de la ciudad de Nueva York, uno de los núcleos financieros más importantes del mundo, fue atacado por militantes de la organización Al Qaeda, para ese entonces liderada por Osama Bin Laden, un antiguo socio de Washington, armado y entrenado por la CIA.
Los sucesos de este día, que mataron a casi 3.000 personas, cambiaron la historia del mundo y desencadenaron la “guerra contra el terrorismo” que EEUU extendió por varios países de Medio Oriente, que aún sufren sus consecuencias.
El relato oficial de lo que sucedió ese día, y lo que cientos de medios se encargaron de replicar, ya lo conocemos.
Pero voces alternativas se han atrevido a cuestionar la versión oficial de lo sucedido aquel 11 de septiembre. La mayoría coinciden en que de ningún modo la primera potencia militar del mundo, pudo haber permitido un ataque semejante, lo que nos deja dos hipótesis posibles:
No fue un “ataque” externo, todo fue “autoatentado” para justificar la guerra.
El Gobierno lo sabía, y lo permitió para justificar sus planes belicistas.
Proteger a los Bin-Laden
En Fahrenheit 9/11, el documentalista estadounidense Michael Moore afirma que, pese a existir sospechas de que el ataque fue perpetrado por Al-Qaeda, es decir por Osama Bin Laden, y de que existía una orden de no permitir vuelos sobre territorio estadounidense, 24 miembros de su familia fueron evacuados vía aérea.
“En los días posteriores al 11 de septiembre todos los vuelos comerciales y privados fueron retenidos en tierra (…) en realidad ¿quién querría volar?. Nadie. Excepto los Bin Laden (…) La Casa Blanca aprobó planes para recoger a los Bin Laden y a otros muchos saudíes. Al menos seis aviones privados y casi dos docenas de aviones comerciales sacaron de EEUU a los saudíes y a los Bin Laden después del 13 de septiembre. En total 142 saudíes, incluídos 24 miembros de la familia Bin Laden fueron autorizados a abandonar el país”.
Reacción lenta
Quien fuera el encargado de la oficina antiterrorista de EE.UU. para el 11 de septiembre de 2001, Richard Clarke, declaró que, en comparación con la magnitud de la “amenaza” que representaba Al-Qaeda y Bin Laden, cuya base estaba en Afganistán, sólo fueron enviados 11 mil soldados y no fueron enviados directamente al lugar donde se escondía el saudí.
“Su acción fue lenta y de pequeña envergadura. Enviaron sólo 11 mil soldados a Afganistán. Hay más policía aquí en Manhattan que tropas estadounidenses en Afganistán. El Presidente (George W. Bush) convirtió la respuesta al 11-S en una burla. Debió de ir directamente por Bin Laden. Nuestras tropas especiales tardaron en llegar a la zona donde estaba Bin Laden dos meses” .
El objetivo es Iraq
Además, Clarke recuerda que el 12 de septiembre de 2001, se reunió con Bush y éste le pidió que los informes de lo ocurrido 24 horas antes arrojaran que detrás de los ataques estaba una “mano iraquí”.
“El Presidente (George W. Bush) de forma muy intimidatoria nos dio a mi equipo y a mi indicaciones muy claras de que quería que volviéramos con la conclusión de que detrás del 11-S había una mano iraquí, porque habían estado planeando hacer algo con Iraq antes de acceder al poder (…) Fue Iraq-Saddam, investigue e infórmeme (…) Donald Rumsfeld, cuando hablamos de bombardear la infraestructura de Al-Qaeda en Afganistán, dijo que no había buenos objetivos en Afganistán, bombardeemos Iraq. Entonces le dijimos: ‘pero Irak no tiene nada que ver con esto’, pero eso no pareció importarle mucho”.
¿Hay un video del impacto en la primera torre?
El internacionalista francés Thierry Meyssan publica en su libro: 11 de septiembre de 2001: La Terrible impostura, la transcripción de una entrevista a George W. Bush donde habla de haber visto en la escuela primaria en la que se encontraba en Florida, el 11 de septiembre de 2001, un video del primer avión que chocó contra la Torre Norte del World Trade Center.
“Estaba sentado fuera de la clase, esperando el momento de entrar, y vi un avión que chocaba contra la torre —la televisión estaba, claro está, encendida—.Y como yo mismo he sido piloto, me dije, pues vaya, qué mal piloto. Dije, debe tratarse de un horrible accidente. Pero me llevaron (a la clase) y no tuve tiempo de pensar en eso. Estaba pues sentado en el aula y Andy Card, mi secretario general que puede ver sentado allí, entró y me dijo ‘Un segundo aparato se ha estrellado contra la torre, Norteamérica está siendo atacada’”, dijo Bush a un periodista.
“Así pues, según sus propias declaraciones, el presidente de Estados Unidos vio imágenes del primer choque antes de que ocurriera el segundo. Esas imágenes no pueden ser las que tomaron por casualidad Jules y Gédéon Naudet. En efecto, los hermanos Naudet estuvieron todo el día filmando en el World Trade Center y su video sólo lo difundió la agencia Gamma trece horas más tarde. Se trata, por lo tanto, de imágenes secretas que le fueron transmitidas sin demora en la sala de comunicación de seguridad que se había instalado en la escuela primaria en previsión de su visita. Pero si los servicios de información estadounidenses pudieron filmar el primer atentado es porque habían sido informados previamente. Y en ese caso, ¿por qué no hicieron nada para salvar a sus compatriotas?”.
Por un nuevo Pearl Harbor
Phillip Marshall (1) escribió dos libros que hechan abajo las teorías oficiales de la tragedia del 11 de septiembre. En su libro “El gran engaño”, Marshall asegura que los 2.843 muertos en N. York hace 13 años, sirvieron de excusa para provocar los cambios que han ocurrido desde el 11 de septiembre, era necesario un ataque estilo Pearl Harbor en Estados Unidos.
Cita un documento publicado por Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC), “Reconstruyendo las Defensas de America”: ‘la transformación sería muy larga, por falta de algún evento catastrófico o catalítico como un nuevo Pearl Harbor’.
Marshall afirma que al culpar a Osama bin Laden del ataque, esto se podría usar para justificar una política de guerra preventiva en contra de Iraq, y finamente contra Siria e Irán.
Referencias:
(1): Expiloto de la CIA y la DEA. Fue encontrado muerto el 2 de febrero de 2013 junto a sus dos hijos adolescentes, en lo que fue catolagado como suicidio por las autoridades estadounidenses.
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