Parece ser ya una extraña costumbre que se repite constantemente en la guerra contra Estado Islámico: tropas que huyen del “ejército terrorista”, dejando equipamiento útil atrás que cae en manos de los islamistas.
En la reciente batalla de Ramadi, un portavoz del Pentágono, el coronel Steve Warren, estima que media docena de tanques fueron abandonados, así como un número similar de piezas de artillería, un mayor número de vehículos blindados de transporte de personal y unos 100 vehículos como Humvees, tras la huída del ejército iraquí de Ramadi.
Aunque no todos los vehículos estaban en condiciones, lo cierto es que gran parte de los vehículos y equipos que han caído en manos de ISIS, sí estaban operativos.
Cuando al coronel se le preguntó si los iraquíes debían haber destruido los vehículos antes de abandonar la ciudad con el fin de evitar que cayeran en manos de ISIS, Warren dijo que: “Ciertamente hubiera sido preferible que los destruyeran, pero este no ha sido el caso”.
Tantos errores continuados del mismo tipo empiezan a ser sospechosos, ¿no?
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