ANDES- El papa Francisco no tuvo una reacción particular negativa tras recibir una cruz sobre la hoz y el martillo, réplica de la obra tallada por el sacerdote jesuita, Luis Espinal, asesinado por la dictadura militar en 1980, que le obsequió el miércoles el presidente Evo Morales en Palacio de Gobierno de La Paz, aseguró el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
“El Papa no ha tenido una particular reacción a esto ni me ha dicho que manifieste particular reacción negativa a esto”, confirmó el vocero de El Vaticano en una rueda de prensa en la capital boliviana.
Esto desdice la versión divulgada en redes sociales y por algunos medios que estigmatizó el obsequio de Morales como un símbolo comunista que Francisco habría rechazado cuando mencionó: “no está bien eso”, al momento en que el mandatario le iba a entregar el crucifijo.
Sin embargo, al escuchar la explicación de Morales, el sumo pontífice agregó: “eso no lo sabía” y el regalo fue recibido con una sonrisa por parte del papa argentino, según un video publicado por ACI Prensa.
Lombardi dijo que él, personalmente, pidió información sobre esa cruz a los jesuitas que participaron en la misa celebrada en el Cristo Redentor de Santa Cruz, y sostuvo que confirmó que era una figura diseñada por el padre Luis Espinal, torturado y asesinado por paramilitares en 1980.
Espinal –a quien el Papa rindió homenaje al llegar a Bolivia- había explicado que esa imagen “representaba la unión entre la iglesia y los trabajadores”.
El portavoz italiano indicó que la entrega de este regalo y de dos condecoraciones “no estaba previsto” y aclaró que el Papa no suele recibir distinciones como lo hizo en esta ocasión.
Además, Lombardi consideró que este obsequio no tiene una interpretación ideológica específica, tomando en cuenta que los jesuitas le explicaron que la figura tiene un sentido más amplio, de diálogo y libertad.
Sin embargo, entre los católicos más conservadores del país del altiplano este presente suscitó una gran controversia e incluso lo consideraron como “una provocación” o “una travesura”, según el obispo emérito castrense Gonzalo del Castillo, consultado por la AFP.
“Es un regalo anacrónico. En los años setenta tenía un sentido esa obra, era el compromiso con el socialismo. Hoy en día con la caída del muro ha quedado atrás. Rescatar un símbolo así es sacarlo del contexto, una travesura del presidente”, agregó por su parte Francisco Zaratti, experto en asuntos de Iglesia boliviana.
Sin embargo, hubo quienes salieron en defensa del singular regalo del mandatario boliviano como la ministra de Comunicación, Marianela Paco, quien explicó que se trata de un regalo simbólico, “porque la hoz significa labrador y el martillo carpintero (…) ambas figuras representan a poblaciones humildes, trabajadoras, personas de Dios”.
“Esa fue la intención de este regalo y no fue ninguna otra maniobra o cualquier otro supuesto que se puede estar manejando al respecto”, agregó.
El santo padre visitará el viernes a los internos de una cárcel de máxima seguridad en Santa Cruz y luego, a media tarde, partirá a Paraguay, última escala de su periplo sudamericano.
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