Brasil, el país de Latinoamérica que ha recibido más sirios desde que comenzó la guerra civil en 2011, se prepara para extender su programa de visas, dijeron este martes funcionarios de gobierno.
Un total de 2 mil 77 refugiados de esa nacionalidad han llegado a Brasil en los últimos cuatro años, informó el Comité Nacional para los Refugiados (Conare), que depende del ministerio de Justicia.
Con una fuerte tradición de asilo y una gran comunidad árabe en el país desde el siglo XIX, Brasil simplificó en 2013 los trámites para dar de manera más simple y acelerada visas a estos ciudadanos buscando refugio.
En poco menos de dos semanas se discutirá la primera renovación de esta resolución y “todo apunta a que será renovada”, dijo un asesor de Itamaraty.
La presidenta Dilma Rousseff dejó el camino allanado el domingo al ratificar el compromiso de Brasil en un mensaje grabado: “Incluso en tiempos de dificultades, de crisis, por los que estamos pasando, tenemos nuestros brazos abiertos para acoger a los refugiados”.
De acuerdo con las autoridades, ni un solo pedido de visa ha sido rechazado y las solicitudes aumentan al ritmo del recrudecimiento de la crisis hasta convertir a los sirios en la mayor comunidad de refugiados del país, con el 25% del total.
“El Comité Nacional para los Refugiados convocó una reunión para el 21 de septiembre (…) vamos a discutir la eventual renovación de la medida que concede visas especiales y de qué manera podemos perfeccionar el programa”, dijo Beto Vasconcellos, secretario nacional del Ministerio de Justicia y jefe del Conare.
“En los últimos cuatro años en Brasil hubo un aumento significativo de pedidos y concesiones de refugio tanto de nacionales sirios como de otros países. En cuatro años pasamos de 4 mil refugiados a los actuales 8 mil 400″, añadió.
Brasil no paga pasajes de avión ni prevé medios de sustentación en su territorio, algo que se refleja en la diferencia entre los 2 mil 077 refugiados que llegaron efectivamente al país y los 7 mil 800 permisos provisorios otorgados a sirios por los consulados brasileños en Oriente Medio.
El estatus de refugiado permite acceder a los sistemas públicos de salud y educación y trabajar libremente. Algunas entidades religiosas como Cáritas y otras civiles, en conjunto con gobiernos locales, dan apoyo con la enseñanza del idioma portugués y el primer alojamiento.
La guerra en Siria forzó el desplazamiento de más de 3.8 millones de personas fuera del país, y 7.6 millones debieron buscar refugio en otro lugar, dentro del territorio sirio, de acuerdo con datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
(Con información de La Jornada)
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