Según ha declarado el Secretario del Departamento de Inmigración y Protección de Fronteras de Australia, Michael Pezzulo, el gobierno australiano deportará a 267 solicitantes de asilo que sufren de cáncer y otras enfermedades terminales.
La semana pasada, el Tribunal Supremo de Australia dictaminó que era legal la práctica de detener a los inmigrantes en instalaciones remotas situadas en islas del Pacífico Sur.
“Los refugiados que estén temporalmente en Australia para tratamiento médico, o acompañando a personas necesitadas de tratamiento, serán devueltos a Nairu y Papúa Nueva Guinea a la conclusión de su tratamiento”, dijo Pezzullo durante la sesión del Senado de Australia.
La decisión del gobierno ha provocado condenas de las Naciones Unidas y de la comunidad internacional y ha provocado manifestaciones en todo el país.
Australia retiene a los refugiados que llegan al país en busca de asilo en la isla Manus en Papua Nueva Guinea y en Nauru, una práctica que ha sido criticada por grupos de derechos humanos ya que en ellas los refugiados viven en condiciones inhumanas.
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