Reino Unido ha deportado a miles de antiguos niños refugiados que entraron en el país solos sin compañía de adultos, devolviéndolos de nuevo a sus países de origen inmersos en guerras y violencia extrema, como Afganistán, Siria e Irak. Muchos de ellos iban a escuelas en Gran Bretaña y ya no tenían ningún vínculo con su tierra natal.
Los funcionarios de migración británicos revelaron que 2.748 antiguos solicitantes de asilo menores de edad fueron enviados de regreso a sus países de origen en los últimos nueve años. La mayoría fueron enviados a Afganistán y más de 650 han sido devueltos a Irak, incluyendo unos 60 menores de edad deportados desde 2014, el año que marcó el surgimiento del grupo terrorista Estado islámico.
Los jóvenes fueron deportados después de cumplir los 18 años, después de haber pasado años en el Reino Unido. Muchos de los que iban a escuelas en Gran Bretaña y ya no tenían ningún vínculo con su tierra natal.
De acuerdo con la Oficina de Periodismo de Investigación, algunos de los repatriados afganos informaron que fueron perseguidos, secuestrados, rescatados o abusados por los talibanes después de regresar a Afganistán.
Las estadísticas oficiales a partir de noviembre el año 2015 subestiman las cifras reales de repatriados a sus países de origen en un 250%.
Louise Haigh, miembro del Partido Laborista calificó estas cifras de “impactantes”, y pidió al gobierno que acabe con esta práctica “vergonzosa”.
Timothy Farron, líder de los Demócratas Liberales del Reino Unido, dijo que muchos de esos chicos, ahora adolescentes, se habían integrado claramente en la sociedad británica antes de que el gobierno los expulsara.
Las deportaciones se han suspendido al salir a la luz dichas prácticas, pero el Ministerio del Interior ha insistido, en una apelación en curso ante los tribunales, que las extradiciones deben continuar.
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