La histórica (y muchas veces violenta) rivalidad entre políticos de izquierda y de derecha en América Latina ha dado en estos días un giro sorpresivo en Perú. En un llamado de última hora, el Frente Amplio, la principal coalición de movimientos de izquierda peruana, pidió votar por el candidato de derecha Pedro Pablo Kuczynski en la segunda vuelta electoral que definirá este domingo quién será el próximo presidente del país. (Fuente: BBC Mundo)
Guillermo Tell
Pedro Pablo Kuczynski
La política tradicional al uso a menudo se practica de un modo aparentemente contradictorio, y connotados actores apelan a coyunturas y al argumento de un mal menor para evitar el peor, dejando de lado legítimas críticas y terminan apoyando a quien poco antes calificó de contrincante electoral irreconciliable con quien cruzó duras palabras.
Esto parece ser lo que está ocurriendo en Perú cuando Verónica Mendoza, la lideresa de la tercera fuerza más votada en los pasados comicios, que han obligado a un segundo balotaje, llama a sus seguidores a favorecer al candidato de tendencia neoliberal, Kuczynski, empresario de 77 años.
Lo que se alega con énfasis consiste en cerrarle el paso a la favorita en las encuesta, Keiko Fujimori, ante el temor de que su vuelta al poder entrañe el retorno de una época de autoritarismo, corrupción, violencia y violaciones de derechos humanos como la que caracterizó al gobierno del tronco familiar, Alberto Fujimori, quien por esos motivos cumple una condena de 25 años de cárcel, en cuyo mandato la hija fungió como primera dama.
Pese a tal coyuntural y extraño maridaje de izquierda-derecha, nada permite garantizar ciento por ciento que se bloquee la reasunción del fujimorismo. Entonces habrá que hacerse nuevas preguntas sobre el electoralismo en uso y sus aparentes misterios.
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