Un total de 19 mujeres han sido quemadas vivas esta semana por miembros de Estado Islámico por negarse a mantener relaciones sexuales con los yihadistas.
La masacre tuvo lugar el pasado jueves ante los ojos de cientos de residentes de la ciudad, que presenciaron cómo las mujeres llegaron al lugar de su muerte en celdas de hierro. Allí, murieron envueltas en llamas “por negarse a mantener sexo con los milicianos de Estado Islámico”, confirmó el activista Abdulá al Malla.
“Las 19 mujeres fueron quemadas hasta la muerte mientras cientos de personas miraban. Nadie pudo hacer nada para salvarlas del brutal castigo”, añadió un testigo, bajo condición de anonimato.
Las mujeres yazidíes, concentradas principalmente en el norte de Irak, son uno de los objetivos preferidos por la organización terrorista, que se hizo en agosto de 2014 con el control de la región de Shingle, centro de residencia de esta población a la que los yihadistas consideran como apóstatas.
Decenas de miles de yazidíes permanecen a día de hoy a la defensiva en el monte Sinyar, y más de 3.000 mujeres de esta población han sido secuestradas por el grupo para su venta como esclavas sexuales.
La ONG pro Derechos Humanos, Human Rights Watch, ha instado a Estado Islámico a que ponga en libertad inmediatamente a estas mujeres. “Cuanto más tiempo permanecen secuestradas, más horrible es su vida. Las compran, las venden, las violan brutalmente y arrancan a sus hijos de sus vientres, ha denunciado la investigadora para la Mujer, Skye Wheeler.
“Muchos de estos abusos podrían ser considerados como crímenes de guerra cuando se cometen en el marco de un conflicto armado, o crímenes contra la Humanidad si se confirma que son parte de una política sistemática contra la población civil”, recuerda la ONG. “Los abusos contra las mujeres yazidíes que hemos documentado demuestran que esta campaña equivale a un genocidio”.
Vía Canarias Noticias
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