martes, 13 de septiembre de 2016

¿Qué tienen en común el Chile de 1973 y el Brasil de 2016?

El pensador argentino Atilio Borón analiza los límites del Estado burgués en América Latina y las semejanzas entre ambos golpes.
Después de 43 años del golpe de Estado en Chile que derrocó al gobierno de Salvador Allende, el pensador latinoamericano Atilio Borón analiza, a la luz del proceso chileno, los recientes acontecimientos que violentan el orden democrático en América Latina.
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En una entrevista publicada por el medio brasileño Brasil de Fato, el sociólogo argentino señaló que los cambios constitucionales emprendidos por losgobiernos de Hugo Chavez, en Venezuela; Evo Morales, en Bolivia; y Rafael Correa, en Ecuador, crearon un nuevo orden institucional que permitió a los líderes hacer las reformas necesarias para mejorar la calidad de vida de la población.
Sin embargo, la victoria electoral de Mauricio Macri, en Argentina, y el reciente impeachment de la presidenta Dilma Rousseff, en Brasil, marcan las flaquezas de los procesos de estos países, que mantuvieron la estructura del Estado burgués. Esas fragilidades fueron aprovechadas por los Estados Unidades en la tentativa de recobrar su posiciones en el escenario internacional.

Allende y el Estado burgués

Sobre la experiencia chilena y su relación con los procesos que hoy vive América Latina, Borón sostuvo que “el golpe en Chile fue una tragedia que de alguna forma anunció lo que sucedería después en la mayoría de los países de América Latina”. Y agregó: “Brasil ya había tenido el golpe en 1964, Argentina también, en 1966. Pero el de Chile, en 1973, fue otra cosa. Fue un experimento radical de terapia de “shock” que sería aplicado en el resto de los países de América Latina y, también, en algunos países del capitalismo avanzado”.
Preguntado por las políticas de la Unidad Popular en comparación con las de los países del Alba hoy, dijo que mientras “el gobierno de Salvador Allende fue manteniendo el marco institucional del Estado burgués, o sea, no hubo reforma de la Constitución, simplemente un debate en torno de la posible interpretación de ciertas cláusulas que impidió al gobierno de Allende avanzar en políticas de nacionalización, control de precios e intervenciones de los mercados; los venezolanos, los bolivianos y ecuatorianos crearon un nuevo orden constitucional, una nueva institucionalidad, introduciendo las reformas necesarias para mejorar la calidad de vida de la población”.
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Según el experto, “un Estado burgués, con una Constitución burguesa, con relaciones capitalistas de producción, con fuerte peso de grandes corporaciones y con la presencia de grandes empresas multinacionales y trasnacionales, impone límites mucho estrechos”. Y añadió: “En contextos económicos muy complejos, inevitablemente, se generan esos procesos, porque la burguesía provoca sabotajes permanentes, las ‘huelgas de la burguesía’, dejan de invertir, comienzan las fugas de capitales y se entorpece el proceso productivo en todo los niveles, provocando un gran malestar de la población”.
Atilio Borón asegura que “esa reacción chilena en 1973” fue aprendida por Chávez, Evo y Correa “porque la primera cosa que ellos hicieron fue ampliar el marco institucional de los procesos transformadores en Venezuela, Bolivia y Ecuador”. “Introdujeron innovaciones que potenciaron el protagonismo popular, el refrendo revocatorio, hasta el reconocimiento, en el caso de Bolivia, de formas de gobierno de los pueblos originarios”, agregó.
Sin embargo, en su opinión Argentina, Brasil y Colombia “continuaron transitando por las vidas de la institucionalidad democrática propia del liberalismo”, algo que, dijo, tiene que ver con que “los Estados Unidos quieren frenar el ciclo de los gobiernos progresistas y avanzar en la conformación de una nueva América Latina, totalmente blindada, donde no exista ningún gobierno que dispute su hegemonía”.

Importancia de Brasil

El argentino aseguró que aliarse con Brasil es estratégicamente clave para Estados Unidos porque es el país que mayor peso en la región de América Latina y el Caribe: “para donde se inclina Brasil, se inclina América Latina”, afirmó.
Recordó que, además de tener un “emporio de recursos naturales”, el país suramericano siempre fue aliado estratégico de los Estados Unidos: “Brasil fue elegido por los Estados Unidos para desarrollar empresas siderúrgicas después de la Segunda Guerra Mundial, con crédito aprobado por ellos”.
Sobre los “errores” cometidos por los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), mencionó que “no avanzaron en la profundización de la reforma agraria en un país con una estructura agraria absolutamente anacrónica” y eso “desmovilizó” su base popular. En este sentido, al comparar este liderazgo con el de Venezuela, aseguró que Maduro “no cae simplemente porque cuando él grita tiene un montón de gente en las calles. Y eso es una situación económica mucho más compleja que la de Brasil”.
Yo creo que Lula cayó víctima de su postura tecnocrática. Él mandó al pueblo a sus casas y, cuando los lobos fueron a atacar a Dilma, ella abrió la ventana y no tenía a nadie. Confió e hizo alianzas con sectores del poder que claramente iban a traicionarlo. Hasta un ciego podría verlo”, evaluó.

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