Cansados de la contaminación de su territorio por la canadiense Barrick Gold, las comunidasdes de Jáchal, norte de Argentina, se tomaron el camino de la mina Veladero. La minera canadiense ha contaminado varias veces el territorio. El año pasado contaminaron el agua con cianuro. Las comunidades llaman a apoyar la movilización.
En el marco del Primer Encuentro Interterritorial de Jóvenes en Lucha, una multitud de personas de diferentes territorios junto a vecinos jachallerixs y participantes de comunidades religiosas cortaron el camino a la minera Veladero explotada por Barrick Gold en Jáchal, al norte de Argentina.
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La acción comenzó este sábado 17 de diciembre. A través de un comunicado los participantes de la toma sostienen que “hemos decidido pasar a la acción y dar un paso más en esta lucha contra este sistema opresor, saqueador y contaminante, realizando un corte total en la entrada del camino minero que se dirige a la Mina Veladero, la misma que en estos últimos años ha derramado millones de litros de agua cianurada sobre las nacientes del rio Jáchal, contaminando los ríos de 5 provincias y el Océano Atlántico”.
El proyecto Veladero, de la canadiense Barrick Gold, está instalado en las localidades de Jachal e Iglesias en la provincia de San Juan, Argentina.
En lo que lleva funcionando Veladero, han provocado ya varios problemas ambientales en el territorio cordillerano de San Juán. En octubre de 2015, una válvula rota de una cañería del sistema industrial instalado por la minera derramó agua con cianuro.
Un informe de la Universidad Nacional de Cuyo sostiene que el derrame de más de un millón de litros de cianuro por parte de Barrick Gold envenenó el agua del Río Jáchal. El informe técnico fue realizado por el Laboratorio de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de dicha universidad.
El cianuro contaminó el suministro local de agua en la localidad de Jáchal en aquella oportunidad.
Veladero también provocó en 2011 dos derrames de metales pesados, destruyendo el ecosistema, contaminando 5 ríos y las napas acuíferas y despojando a la población local de agua.
Los participantes de la ocupación del camino acusan que han esperado “durante años las respuestas de un Estado que solo ha respondido con persecución y represión ante las exigencias de la población, defendiendo, como siempre los intereses económicos de los poderosos y sus multinacionales; se tomo la decisión de darle la espalda y realizar una acción directa, poniendo nuestros cuerpos al frente, entendiendo que es la única que nos queda para lograr que estos genocidas abandonen nuestros territorios. Ya no queda más tiempo, no vamos a esperar otro derrame de veneno, la minería a cielo abierto tiene que perecer AHORA”.
Acusan que “la cordillera está siendo destruida y con ella las poblaciones que vivimos de su agua (…) porque solo los pueblos envenenados saben lo que es el miedo a levantarse cada mañana y no saber si el agua que sale de las canillas nos está matando lentamente, solo a eso le tememos”.
Al mismo tiempo hacen un llamado “a toda la población, del punto geográfico que sea, ya que este no es solo un problema de Jáchal e Iglesia, ni siquiera de San Juan, es una catástrofe terrible, que afecta a lo largo y ancho del territorio, no solo por el alcance de la contaminación, sino que de permitir que el estado y las multinacionales destruyan con esta magnitud, y continúen impunes, sería un antecedente terrible para las luchas del mundo, les daría entender a los poderosos, que tienen todo permitido. Hoy más que nunca necesitamos un migración masiva, es indispensable que muchas personas se acerquen al corte, para que nuestro grito sea más fuerte y atraviese fronteras para aturdir y desorientar a lxs que ven la vida como mercancía”.
El Ciudadano
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