La Capilla del Hombre, monumento a la humanidad del artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, fue escenario del ”Homenaje a la Memoria, Pensamiento y Obra del Comandante Eterno Fidel Castro”, para quien hoy continúan las muestras de cariño y lealtad.
Desde ese rincón de Quito, inaugurado por el propio líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, junto al también fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, cientos de personas recordaron con palabras y canciones a la insigne figura del ‘gigante de Cuba y el mundo’, como muchos lo consideran.
La emotiva ceremonia contó con la presencia además del embajador de La Habana en Quito, Rafael Dausá, la Secretaria Nacional de Gestión de la Política, Paola Pabón, el exembajador ecuatoriano en Cuba Edgar Ponce, el sacerdote y sociólogo belga Francois Houtart y el exalcalde de Cotacahi Alberto Andrango, entre otras personalidades.
Los oradores de la jornada fueron muchos. Es que todos querían dejar su mensaje de agradecimiento, de cariño y lealtad al líder cubano.
María Augusta Calle, presidenta de la Coordinadora de Amistad y Solidaridad con Cuba, Martí Quevedo, presidente de la Asociación Eloy Alfaro de estudiantes y graduados en Cuba, María Isabel Martínez, jefa de la brigada de cooperantes médicos en este país sudamericano, Alfredo ‘Cachito’ Vera, exministro del Interior, fueron algunos de los que hablaron del legado de Fidel.
Juan Enrique Jurado, embajador de Bolivia en Quito, no solo habló de la enseñanza del líder revolucionario en América Latina y el mundo, sino que guitarra en mano el también cantautor le dedicó hermosas canciones.
Al homenaje cultural se unieron otras voces como la del cubano Ovidio González y el chileno Leo Valenzuela que encendieron la mecha con temas como El Necio, de Silvio Rodríguez y finalmente La Guantanamera, canciones devenidas himnos.
Finalmente, el embajador cubano, Rafael Dausá, ratificó el compromiso de todos los cubanos de seguir los principios que Fidel Castro inculcó a su pueblo.
‘Su figura de gigante se empina hoy sobre todo nuestro continente latinoamericano y caribeño, y nos llama a la unidad, nos alerta de los peligros que nos acechan tras los aires imperiales desde el Norte brutal y revuelto’, advirtió.
‘Fidel no ha muerto ni puede morir. Es la hora de multiplicar la lealtad a sus ideas y sus principios. Es la hora de reflexionar sobre su vida, su obra y su legado. Su espíritu indomable y sus convicciones no pueden morir’, enfatizó.
‘(…) nos ha pasado la bandera y nos conducirá y guiará, pero la tarea ahora nos pertenece por entero y no podemos defraudarlo, insistió.
Con un: Hasta la victoria siempre, un ejército de batas blancas cubanas y ecuatorianas y personas de buena voluntad y convencidas de que un mundo mejor es posible, despidieron al líder de talla mundial, desde un lugar casi sagrado, la Capilla del Hombre, de Fidel y Guayasamín.
PL
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