jueves, 12 de enero de 2017

Chelsea Manning está en la lista de posibles indultos de Obama en sus últimos días en el poder

Fuentes del Departamento de Justicia cuentan a la NBC que la exsoldado podría beneficiarse de la conmutación de su pena.
Manning lleva casi siete años en una prisión militar por la filtración de 700.000 documentos militares y cables diplomáticos.
Como presidente de EEUU, Barack Obama tiene el derecho constitucional de “garantizar indultos y perdones por ofensas contra Estados Unidos”. Sin embargo, durante sus dos mandatos en la Casa Blanca ha hecho poco uso de ese poder. Es más, Obama es  el presidente reelecto que menos indultos ha concedido en la historia de la democracia norteamericana con la excepción de George Washington. Es por eso que el mundo espera con ansiedad sus últimos días para ver quién se sale del lazo.
NBC ha dicho que una fuente del departamento de Justicia les ha dicho que en la lista de posibles indultos en la recta final de la Administración de Obama está el responsable de la mayor filtración de la historia: la exsoldado Chelsea Manning.
El presidente que se marcha ofrece dos tipos de clemencia: la conmutación de la pena, donde se reduce una sentencia sin anular la pena, y el perdón, que es literalmente el perdón total y legal del crimen cometido, como si nunca hubiera ocurrido. Si la información es correcta, Chelsea Manning estaría en la lista de las conmutaciones, lo que significa que su pena sería reducida pero que Manning seguiría siendo reo de traición.
De ser verdad, esta conmutación estaría en la línea de indulto que ha ofrecido Obama hasta ahora, siempre a gente que ha cumplido parte de su condena y por ofensas que no son de sangre.
“Sr. presidente –ha tuiteado inmediatamente Edward Snowden–. Si concede un solo acto de clemencia en su salida de la Casa Blanca, por favor: libere a Chelsea Manning. Solo usted puede salvar su vida”.

Seis años de condena cumplida

Chelsea Manning fue encarcelada en 2010 y ya ha cumplido siete de los 35 años que dicta su sentencia. Durante el último año, Manning ha intentado acabar con su vida dos veces. Al principio, la respuesta del Ejército fue poner a Manning en una celda de aislamiento. Tras una huelga de hambre de cinco días, el Ejercito se comprometió a facilitar la cirugía de reasignación de sexo que recomendaron sus médicos por su disforia de género. Esta terapia es parte de un tratamiento que comenzó en 2015 con una terapia hormonal. No se le ha permitido dejarse el pelo largo.
El 10 de noviembre, Manning mandó  una petición formal para la conmutación de su pena al presidente Obama. En ella asume “total y completa responsabilidad por las filtraciones” que hizo “por preocupación por mi país, los inocentes civiles cuyas vidas se perdieron por culpa de la guerra y como apoyo a dos valores que son importantes para nuestro país: la transparencia y la responsabilidad”.
No pido un perdón de mi condena. Entiendo que las múltiples consecuencias colaterales de la condena del tribunal marcial permanecerán en mi expediente para siempre. El único alivio que pido es ser liberada de la prisión militar después de servir seis años de aislamiento, como alguien que no tiene intención de perjudicar los intereses de EEUU ni de hacer daño a ninguno de sus miembros.
Su petición venía acompañada de cartas de apoyo de gente como Daniel Ellsberg, responsable de filtrar los Papeles del Pentágono, que asegura que Manning actuó con la intención de informar al pueblo norteamericano de abusos graves a los derechos humanos, incluyendo el asesinato de inocentes por las tropas estadounidenses en Iraq. Glenn Greenwald, abogado y periodista colaborador de Edward Snowden y editor de The Intercept, asegura en su carta que es un héroe por la libertad de expresión. La petición también fue acompañada de  una campaña de apoyo liderada por miembros de la élite cultural norteamericana como Michael Stipe y Thurston Moore.
Numerosas organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional o Human Rights Watch, han pedido a Obama  que perdone a Edward Snowden con el mismo argumento: sus filtraciones estaban motivadas por una voluntad de proteger los derechos civiles de los ciudadanos norteamericanos, y de denunciar abusos de poder por parte del gobierno que lo persigue.

Además, es más probable que la historia le considere un héroe y no un villano. Pero, para otorgar un perdón, es cortesía por parte del reo el mostrar un cierto arrepentimiento. Y lo único de lo que Snowden se arrepiente es de no haberlo hecho antes.

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