Margarita Simonián, directora de Sputnik y RT, ha sido apuntada por la inteligencia de EEUU como la cabeza de una "campaña de influencia" para favorecer la elección de Donald Trump. "¡Qué poder!", ironizó Maria José Braga, representante de los periodistas de Brasil.
“Al canalizar en la periodista que dirige esos medios de comunicación rusos una crítica como si ella fuera la responsable por una eventual interferencia rusa en las elecciones, se le está otorgando un poder a un profesional que normalmente no existe, ya que uno solo no define la política de un Estado”, dijo a Sputnik Maria José Braga, presidenta de la Federación de Periodistas de Brasil (Fenaj, por sus siglas en portugués).
El informe de los servicios de inteligencia estadounidenses menciona el nombre de Simonián 27 veces y la acusa de haber actuado a través de Sputnik y RT “como una plataforma para acercar el mensaje del Kremlin a las audiencias extranjeras”. Para la presidenta de la Fenaj, es natural que existan políticas editoriales “pero no hay nada que signifique una intervención política directa como lo que se quiere establecer”.
Braga sostuvo que los contenidos del documento han sido difundidos a través de comunicados de prensa y no ofrecen pruebas. “No hay ninguna comprobación de que haya habido realmente una interferencia o un intento de interferir en las elecciones”, resaltó.
“Todos los Estados tienen sus políticas de comunicación. Y obviamente que una nación como Rusia tendrá la propia y tiene derecho a hacerlo”, aseveró la periodista brasileña.
Las repercusiones de las acusaciones de Estados Unidos hacia los medios rusos se han multiplicado en noticias que presentan a Simonián como “la periodista más peligrosa del planeta”, como el diario argentino La Nación. En ese sentido, Braga resaltó el sexismo de las notas protagonizadas por mujeres en cargos de visibilidad.
“El texto de La Nación, escrito por una periodista mujer, es un ejemplo del anti-periodismo. No tiene informaciones concretas, tiene adjetivaciones, tiene juicios de valor sobre una profesional que en ese caso es una mujer. Y cuando hay figuras públicas femeninas el sexismo está siempre presente, a empezar por la descripción física que absolutamente no interviene en su ejercicio profesional”, concluyó.
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