El politólogo John M. Ackerman sostiene que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, colabora de forma encubierta con Donald Trump.
En un artículo en The Atlantic, Ackerman afirma que, “Resulta que Trump tiene un cómplice mexicano clave para lograr sus objetivos: el presidente Enrique Peña Nieto. El presidente de EEUU, no sería capaz de hacer lo que planea, como la construcción del polémico muro en la frontera, sin la complicidad del Gobierno mexicano.
En un artículo en The Atlantic, Ackerman afirma que, “Resulta que Trump tiene un cómplice mexicano clave para lograr sus objetivos: el presidente Enrique Peña Nieto. El presidente de EEUU, no sería capaz de hacer lo que planea, como la construcción del polémico muro en la frontera, sin la complicidad del Gobierno mexicano.
Si México tuviera autoridades que se preocuparan por el bienestar de su gente, sus acciones serían detenidas por completo”.
Ackerman sostiene que Peña Nieto contribuyó “directamente” al éxito de la campaña de Trump.
“El 31 de agosto de 2016, el presidente mexicano organizó lo que parecía una recepción real para Trump en la residencia presidencial de Los Pinos en Ciudad de México. El candidato republicano estaba luchando en las encuestas en ese momento”.
“Uno de los puntos más débiles de Trump en esos momentos es que era percibido como incapaz de realizar el trabajo de comandante en jefe o de ser respetado por los líderes extranjeros. Sin embargo, Peña Nieto fue la solución: tras celebrar una conferencia de prensa en un salón normalmente reservado para los jefes de Estado extranjeros, Trump se convirtió milagrosamente, sin modificar sus políticas un centímetro, en amigo de México y de los mexicanos y sus encuestas se levantaron después de eso”.
El autor del artículo hace hincapié en que, después de las presidenciales en noviembre, Peña Nieto continuó sus esfuerzos para agradar a Trump y que en enero, el presidente mexicano nombró como nuevo secretario de Relaciones Exteriores al hombre que orquestó la visita del Trump en agosto, Luis Videgaray.
Según el columnista, Trump y Peña Nieto tienen mucho en común.
El presidente mexicano ya aplica políticas de deportación masiva, del tipo de las que Trump prometió, contra los centroamericanos que tratan de cruzar México hacia EEUU y añade que Peña Nieto también ha comenzado, con ayuda estadounidense, la construcción de lo equivalente a un muro de alta tecnología en la frontera sur de México con Guatemala.
Asimismo, el politólogo afirma que aunque la reunión entre ambos líderes prevista para este martes fuera cancelada “en respuesta a las presiones políticas”, el mandatario mexicano continuará impulsando “su agenda subyacente” dirigida a “negociar la impunidad para su gobierno a medida que su administración llega a su fin”.
Finalmente, Ackerman concluye que, “De hecho, estaba dispuesto a traicionar a su país con la esperanza de que Trump ignorase los vastos escándalos de corrupción y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos al sur de la frontera”.
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