José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- “Golpe de estado en Venezuela”: lo leíamos, hace unos días, en titulares y portadas de la gran prensa internacional, que aseguraba, al unísono, que el Gobierno de aquel país había suspendido de funciones a la Asamblea Nacional (1). Falso, porque fue el Tribunal Supremo de Justicia (el Tribunal Constitucional) el que tomó la medida. Y solo de manera provisional, hasta que el Parlamento acatara sus sentencias, como la que impugnó a tres diputados opositores por compra de votos (2). Días más tarde, por cierto, el Tribunal daba marcha atrás a su decisión (3).
En cualquier caso, la suspensión de funciones –ya anulada- hubiera sido temporal, solo hasta que la Asamblea Nacional acatara las sentencias judiciales (4). Curiosamente, Brasil lleva 8 meses con un presidente de facto, Michel Temer, tras la destitución de la presidenta electa Dilma Rousseff mediante un verdadero golpe parlamentario (5). Y aquí la situación no es temporal, ni ha sido revertida. Pero la gran prensa no nos habla de “golpe de estado”.
Portadas, grandes titulares, artículos, editoriales y tertulias radiales y televisivas sobre una sentencia judicial en Venezuela, anulada dos días después, con una condena unánime al ejecutivo de Caracas (6). Por el contrario, notas escuetas y sin carga editorial sobre las protestas en el Parlamento de Paraguay, donde la policía asesinaba a un joven opositor y detenía a 211 personas (7).
A comienzos de marzo, 40 niñas fallecían en Guatemala, en el incendio en un albergue estatal, producido tras una protesta por los constantes maltratos, extorsiones y agresiones sexuales que sufrían (8). ¿Se imaginan que esto hubiera ocurrido en Cuba… o en Venezuela? ¿Qué espacio habría ocupado en la crónica internacional?
A pesar de la firma del llamado Acuerdo Definitivo de Paz entre guerrilla y gobierno, en Colombia, cada tres días, es asesinado un líder comunitario, de derechos humanos, ambientalista, representante de víctimas o reclamante de tierras (9). Solo entre la militancia de la Marcha Patriótica han sido abatidas 129 personas en los últimos 5 años (10).
También en Brasil continúa la cacería a líderes sociales. A finales de marzo eran asesinados por sicarios un miembro del Movimiento Sin Tierra (11), y un cacique indígena (12). Asimismo, nos llegan de Brasil las imágenes espeluznantes de dos policías rematando en el suelo a dos presuntos delincuentes, tras un tiroteo en el que falleció también una niña de 14 años (13). Pero los reportajes que leemos sobre la inseguridad en América Latina son… sobre Venezuela (14).
México es el tercer país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, tras Afganistán y Siria (15). En lo que va de año, han sido asesinados ya tres periodistas. La última víctima era la corresponsal en Chihuahua del diario La Jornada (16). Según una encuesta de la Universidad Iberoamericana, solo el 6 % de los profesionales de prensa de México confía en su policía, y apenas el 10 % en el sistema judicial (17). El pasado octubre, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se reunía, precisamente, en México. Pero ¿saben hacia qué gobiernos apuntaron sus condenas? Hacia los de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador(18).
Las recientes lluvias han causado más de un centenar de víctimas mortales en Perú (19). Pero, ¿algún medio se pregunta por qué en un país como Cuba, afectado también por duros fenómenos climatológicos, rara vez se producen víctimasmortales (20)? No. Y no lo hacen porque se verían obligados a explicar cuál es el papel que cumple el estado en cada país, y con qué recursos cuenta para proteger las vidas humanas (21). Y a mostrar cómo, en Perú, las mismas lluvias afectan de manera tan distinta a ricos y pobres. Según vivan, por ejemplo, a uno u otro lado del llamado “muro de la vergüenza” que divide la rica urbanización de Lima Las Casuarinas, de una de las más pobres, Pamplona Alta (22).
Pero es curioso: son los gobiernos de Perú, de Brasil, de México o de Paraguay los que hoy atacan de manera más virulenta a Venezuela (23) (24), por su “preocupante” –nos dicen- situación (25). Y no se les cae la cara de vergüenza porque cuentan con la poderosa complicidad de quienes son aún más cínicos que ellos: los dueños y directores de los principales medios internacionales.
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