Un grupo de abogados militares que trabajan en la prisión estadounidense en la bahía de Guantánamo, ha interpuesto una demanda contra el Departamento de Defensa de EEUU, alegando que han sido forzados a exponerse a peligrosos niveles de compuestos químicos carcinógenos en el lugar.
Los afectados acusan a la Armada estadounidense de no investigar adecuadamente los riesgos para la salud de sus empleados, después de que se reportaran unas tasas de cáncer inusualmente altas entre el personal joven.
El reclamo judicial cita un “retraso irrazonable” de la Armada en la evaluación de conocidos peligros ambientales como el mercurio y el formaldehído, y denuncian su “determinación arbitraria y caprichosa” de obligar a los empleados vivir y trabajar en áreas contaminadas antes de que se garantizara la salubridad del lugar.
A mediados de 2015, un denunciante pidió la evacuación de Camp Justice, el complejo de tribunales de guerra donde los equipos legales examinan los casos de los presuntos terroristas detenidos en Guantánamo, después de que a lo largo de 15 años, se detectaran al menos 7 casos de cáncer; entre ellos, de colon, estómago, apéndice y cerebro.
En cuanto al estado de salud y el porvenir de los prisioneros, es de esperarse que la situación sea peor si tenemos en cuenta la posición de Trump, que ha declarado que no tiene ninguna intención de liberar ni trasladar a ninguno de ellos.
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