Los campesinos y granjeros sirios se ven obligados a tomar las armas para proteger sus cultivos y sus terrenos de los terroristas, reveló a Sputnik el habitante de un pueblo de la provincia de Alepo.
Hace tres años las tropas gubernamentales lograron expulsar de la localidad de Abu Zren a los terroristas, pero sus posiciones todavía se encuentran bastante cerca, a unos 15 kilómetros, así que después de la recogida de la cosecha los habitantes se ven obligados a tomar las armas y defender su tierra.
“Hay que darse prisa para recoger la cosecha antes del anochecer, hoy es nuestro turno de guardia”, dice Ahmud Alí, que por la noche se convierte en miliciano para defender el asentamiento de un posible ataque de los yihadistas.
Alí reconoce que la vida en su poblado es muy dura, pero “si los terroristas vuelven, todo será mucho peor”.
El habitante de Abu Zren destacó que los radicales, al ocupar la localidad, destruyeron el suministro de agua, por lo cual los campesinos se ven obligados actualmente a regar sus huertas a mano, algo que reduce considerablemente la cosecha.
Antes de la guerra los agricultores de la zona recogían varias cosechas anuales de berenjenas, tomates, pepinos y judías, que vendían en la ciudad de Alepo.
“Los yihadistas mataban a la gente que quería trabajar su tierra y a aquellos que se negaban a pasarse a su bando, en mi familia asesinaron a 23 personas, yo tuve que huir del pueblo”, recuerda el labrador sirio.
Antes de la guerra en Abu Zren vivían unos 10.000 habitantes, de los que actualmente quedan unos 3.000, y más de la mitad de ellos nutrió las filas de las milicias locales de defensa.
Sputnik Novosti
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