jueves, 20 de julio de 2017

¡Hace 84 años fascistas Nazis e Iglesia Católica firmaron acuerdo! (+herederos )

curas fascistas
El 20 de julio de 1933 se realizó la firma del Concordato del Reich entre la Santa Sede y la Alemania nazi de Hitler. Este acuerdo obligó a que los sacerdotes y las asociaciones religiosas se abstuvieran de cualquier actuación política en Alemania y mantener fidelidad y elevar oraciones para la prosperidad del régimen. El documento fue firmado por el Cardenal Secretario de Estado, Eugenio Pacelli, quien posteriormente se convirtió en el  Pío XII,  y el vicecanciller alemán, Franz Von Papen.
Han trancusrrido 84 años de historia, y en pleno siglo XXI nos encontramos con la presencia de los herederos del fascismo católico en nuestra región, quienes en realidad nunca han desaparecido, son los mismos que apoyaron el Plan Cóndor, la dictaduras militares, los golpes de estado, los genocidios de indígenas, las desapariciones, torturas y asesinatos de millones de luchadores sociales de las 4 décadas pasadas. Y no satisfechos con todo esto, extraviados irremediablemente del camino de Dios, se prestan nuevamente para promover los ataques fascistas contra los pueblos que han despertado y que no pretenden dejar callar su voz.
El caso de iglesia católica venezolana, específicamente su representación a través de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), resulta casi un viaje a tiempos más oscuros de la historia, solo basta con observar las fotografías de obispos europeos bendiciendo a los máximos representantes del Nazismo y del Fascismo italiano y compararla con las fotografías de obispos venezolanos bendiciendo los terroristas que hoy en día han quemado al menos 11 seres humanos en el suelo patrio.
Afortunadamente, esta patria ha tenido el acompañamiento espiritual de grandes seres comprometidos con el pueblo que verdaderamente aman a Venezuela, como el padre Numa Molina, como Jesús ObreroFrancisco Wuytack y Vives Suriá, entre muchos otros quienes desde la senda de Dios han llevado el mensaje de fe, amor al prójimo y solidaridad, sin dejar de lado la justicia social tan necesaria para lograr la paz.

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