La primera ministra británica, Theresa May, se ve envuelta en un escándalo de acoso sexual, un caso del que los medios la acusan de haber permitido.
May fue acusada el domingo por el diario local The Sunday Times de permitir que dos ministros, conocidos como “depredadores sexuales”, sigan en su Gobierno.
La acusación se fundamenta en las declaraciones de algunos colaboradores de May que aseguraron al diario que ella está al tanto de las acusaciones de abuso contra diputados del Partido Conservador. El diario británico además, ha publicado este lunes un revelador informe de 36 casos de acoso sexual supuestamente de parlamentarios conservadores.
El documento indica que ella ha recibido toda la información en unas reuniones con su jefe de bancada, Gavin Williamson, quien le habría llevado los chismes y las acusaciones contra los parlamentarios conservadores implicados en escándalos sexuales y de drogas. La oficina de la premier, no obstante, ha negado rotundamente haber recibido actualizaciones regulares sobre el comportamiento sexual de sus parlamentarios.
Medios británicos señalan que uno de los mayores “sospechosos” en este escándalo es Mark Garnier, el ministro de Comercio, acusado de encargar tareas inapropiadas a su secretaria y de dirigirse a ella con demasiado aprecio en público.
Por otra parte, el diputado conservador Stephen Crabb, de 44 años y exministro de Trabajo, admitió haber intercambiado mensajes sexuales con una chica de 19 años que buscaba empleo en el Parlamento.
Paralelamente a estas dos acusaciones, los parlamentarios compartieron historias sobre un diputado conservador que supuestamente toma fotos de hombres jóvenes en posiciones comprometedoras y las usa después para conseguir favores sexuales. Asimismo, acusaron a un ministro del Gabinete, que no identificaron, de haber agarrado el muslo de una mujer y haberle hecho un comentario soez.
El diario The Guardian ha indicado este lunes que May ha pedido al presidente de la Cámara de Diputados, John Bercow, que ponga en marcha un sistema de atención a los empleados del Parlamento que necesiten denunciar comportamientos inapropiados de los políticos.
Los diputados advierten que los riesgos para el personal joven se intensifican debido a las numerosas horas de trabajo y el hecho de que muchos políticos llevan una doble vida, con una casa en Londres y otra en su circunscripción.
El Partido Laborista (PL) ha acusado a May de “lavarse las manos” sobre la denuncia de acoso contra Garnier,después de que ella le haya pedido a la Oficina del Gabinete investigar las circunstancias en las que le pidió a su exasistente que realizara unas compras inapropiadas.
Hispantv
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