Un triángulo formado por Estados Unidos, Arabia Saudí y el régimen israelí conspiró por cuatro años consecutivos para provocar caos y disturbios en Irán, cuyo principal factor fue identificado por la Fiscalía General del país persa.
“El principal mentor de este plan, fue un estadounidense llamado Michael Andrea, exagente antiterrorista de la CIA (acrónimo en inglés de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU.)”, reveló el jueves el hoyatoleslam Mohamad Yafar Montazeri, fiscal general de Irán.
Asimismo, detalló que Andrea, junto con un oficial afiliado al servicio de inteligencia israelí (el Mosad), conspiró hace unos cuatro años contra Irán, mientras “Arabia Saudí financió toda la operación”.
Remarcó también que el referido plan, bautizado como ‘Doctrina de Convergencia Consecuente’, se basaba en las demandas económicas de la gente, incitando, en primer lugar, protestas por el costo de la vida, las tarifas de los servicios públicos y las demandas financieras de los jubilados.
No obstante, destacó el hoyatoleslam Montazeri, más tarde, ejecutaron la segunda fase de su complot que consistía en provocar actos violentos y enfrentamientos entre la gente y las fuerzas de seguridad del país.
Ellos, ha proseguido, soñaban con desestabilizar y crear inseguridad en Irán, para luego facilitar la entrada del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) desde Irak y Afganistán, para crear una violencia armada.
No obstante, la Policía iraní trató con prudencia a los alborotadores de la violencia y pudo restablecer la calma, así como desmanteló a ciertos elementos internos que colaboraban con los extranjeros para perjudicar a la República Islámica.
A juicio del titular iraní, “los estúpidos” mensajes consecutivos que publicaba el presidente de EE.UU., Donald Trump, en apoyo a los disturbios en Irán, y el siguiente respaldo de Israel, el Reino Unido y algunos otros países, demostraron que todo fue “completamente organizado desde antes”.
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