lunes, 7 de mayo de 2018

Homenaje en Austria a internacionalistas cubanos exterminados en campo de concentración nazi


Recordando a los caídos en el campo de concentración de Mauthausen, uno de los pilares en el genocidio racial que instauró el III Reich.
Entre 1938 y 1945, alrededor de 190 000 personas de 40 naciones fueron enviados a los campos de concentración de Mauthausen y Gusen. Al menos, 90 000 fueron exterminados. De ellos 5 fueron cubanos, capturados en España mientras combatían en el ejército republicano durante la Guerra Civil.
Hoy, el Memorial Mauthausen es un lugar internacional de recordación y de educación política e histórica.
Mauthausen fue construido durante Agosto de 1938 por una avanzada de 300 prisioneros llegados desde Dachau (Alemania) en los terrenos de una cantera en desuso situada en torno a la pequeña localidad de Mauthausen en Austria, aproximadamente a 20 kilómetros de Linz.
Lo que diferenciaba Mauthausen de otros campos era que su construcción estaba destinada a albergar a prisioneros asociales, reincidentes sin perspectivas de enmienda así como a la reclusión de intelectuales, gente culta y miembros de las clases más altas de los países dominados por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Por este motivo las condiciones de vida eran totalmente brutales.
Hasta principios de 1940, el grupo más numeroso de internos se componía de socialistas alemanes, homosexuales y rumanos. A principios de 1940 un gran número de polacos fue trasladado al complejo Mauthausen-Gusen, sobre todo artistas, científicos y profesores.
Si bien Mauthausen no era un campo de exterminio en sí, las cifras de muertos diarios eran enormes debido a las condiciones de trabajo brutales sobre todo en la cantera de la muerte.
En Octubre de 1938, año de su apertura, ya contaba con unos 600 prisioneros detenidos por delitos variados pero las deportaciones continuas fueron engrosando su población reclusa .
A finales de 1941 llegaron numerosos prisioneros de guerra soviéticos. Era el primer grupo destinado a morir en las cámaras de gas, a principios de 1942. Antes, los prisioneros que ya estaban exhaustos habían sido transferidos al Castillo de Hartheim, donde las cámaras de gas llevaban funcionando desde 1940.
En 1944 fue internado un numeroso grupo de judíos húngaros y holandeses. La mayor parte de ellos murieron como consecuencia de los trabajos forzados y las nefastas condiciones, o fueron arrojados por la cantera de Mauthausen (apodada como la Pared de Paracaídas por los guardias de la SS)
Durante los meses finales de la guerra, aproximadamente 20.000 prisioneros de otros campos de concentración fueron llevados al complejo. También hubo grupos de republicanos españoles que fueron transferidos al campo y sus subcampos antes y durante la Segunda Guerra Mundial.
Los prisioneros españoles, generalmente excombatientes republicanos huidos tras el fin de la Guerra Civil, llegaron a constituir en 1942 más de la mitad de la población reclusa de Mauthausen; Se estima que aproximadamente unos 7.685 españoles pasaron por este campo sobreviviendo únicamente 2.421 de ellos.
Entre estos excombatientes republicanos se encontraban Roberto Cortezón Martínez, Félix Llanos Alonso, Alberto Sánchez Martínez, José Luis Pérez Arocha y Manuel Sola Castillo, cinco compatriotas cubanos, quienes luego de combatir del lado de la República Española, como parte del contingente internacionalista durante la Guerra Civil Española, fueran capturados en la Francia ocupada por las hordas nazi-fascistas para luego ser confinados como apátridas en Mauthausen.
(Información de la Embajada Cubana en Austria)

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