Las campañas psicológicas adversarias tienen posibilidades de éxito si se basen en verdades. La defensa ante ellas, radica en no cometer errores usables
Pedro Campos
“Nuestro peor enemigo son nuestros errores” (Raúl Castro)
El capitalismo ha desarrollado las fuerzas que desde su seno terminarán por imponer la socialización de los conocimientos, de la propiedad sobre los medios de producción y de la apropiación de sus resultados.
Quizás ninguna otra herramienta pueda contribuir tan decisivamente en esa dirección como la red de comunicaciones rápidas, versátiles y baratas que posibilitan las modernas técnicas de informatización y comunicación, especialmente la red de redes: Internet.
Ya el mundo contemporáneo se hace imposible sin las modernas técnicas de computación, automatización y comunicación, sin las cuales se dificulta el desarrollo de la producción, el intercambio mercantil, el de las Ciencias de todo tipo, el de la cultura y el de la propia democratización de la economía y la política.
Si el socialismo va, precisamente, con la socialización y democratización de la vida económica, política y social de los pueblos, nada le es más consustancial que la intercomunicación horizontal que posibilitan las modernas técnicas de computación y comunicación.
Nunca será suficiente todo lo que se escriba sobre la importancia de estas modernas técnicas para la democratización de las políticas y el papel que están llamadas a jugar en la participación de las masas en función de la organización democrática de la sociedad del futuro, algo que ya se viene practicando en algunos países aunque con limitaciones.
No sería posible considerar la sistemática consulta a todos los ciudadanos sobre los presupuestos participativos y la convocatoria de referendos sobre las importantes leyes que atañen a todos, sin las modernas técnicas de comunicación y computación.
Como tampoco sería posible que todos los ciudadanos estén sistemáticamente informados sobre la forma en que se gastan o invierten sus aportes a los presupuestos, sin la existencia de paginas webs gubernamentales a los distintos niveles, que informen con inmediatez al respecto y posibiliten la trasparencia sobre el manejo de los fondos por parte de los gobiernos.
A la hora de formar y reformar leyes y constituciones, el papel de estos medios es insustituible en la época moderna, si se aspira de verdad a contar con las opiniones de todos los involucrados. Internet iguala las posibilidades de opinar y de dar a conocer esas opiniones, pues por mucho que lo deseen quienes pretenden controlar la prensa escrita, radial y televisiva, la red de redes crea condiciones para que todos puedan dar a conocer sus opiniones y que estas puedan ser conocidas por todos: la horizontalidad soñada por todos los socialistas de todas las épocas.
Pero, desde luego, para ello sería necesario, primero, la socialización de estos medios, que en una sociedad socialista debería ser de muy bajo costo o subsidiada por el estado de transición, como el agua y los demás servicios públicos de primera necesidad.
Sabido es que los intereses hegemónicos manipulan la información sobre los conflictos de toda índole; pero también es conocido que cada cual reacciona ante tales informaciones según sus intereses, visiones y convicciones. Mientras más culta, libre, democrática y socializada sea una sociedad, en mejores condiciones estará para enfrentar los retos de las redes internacionales.
A la sociedad socialista del futuro corresponde un nuevo tipo de democracia participativa y directa, que no tiene nada que ver con la burguesa representativa indirecta presente en la mayoría de los países, si bien es cierto que ya en muchas de las sociedades contemporáneas se practican formas de democracia directa, las cuales permiten a los ciudadanos a través de internet emitir su criterio o su voto en procesos electorales, formación de presupuestos, leyes municipales o nacionales y otros por el estilo.
Y ese tipo de democracia participativa directa, donde cada ciudadano, sin intermediarios, contribuye a la formación de las opiniones, de leyes y decisiones y hace propuestas de candidatos para cargos electicos y luego vota directamente por ellas y por los encargados de ejecutarlas, solo será posible por la existencia y extensión en la sociedad de las modernas técnicas de computación y comunicaciones.
Por eso, los socialistas que aspiramos a esas nuevas sociedades socializadas y democratizadas, apoyamos sin reservas el desarrollo y socialización de las modernas técnicas de la informatización y las comunicaciones y desde luego no tenemos ningún temor al intercambio de información y de criterios en las redes, aún cuando sabemos de la superioridad tecnológica del adversario, pues confiamos en nuestras razones.
La tecnología en sí misma no es “mala” y pertenece a quien la usa. Las vías concretas de intercambio como Internet, tienen dueños, pero pueden ser usadas por todos dentro de las normas legales y éticas mutuamente aceptadas o establecidas por cada uno de los circuitos y las nuevas sociedades pueden también establecer limitaciones al uso de paginas degradantes para los seres humanos, crear sus propios sistemas, sus redes nacionales o internacionales, sin aislarse de los otros y sin dejar de usar las vías existentes.
La peor de las informaciones manipuladas como parte de la guerra psicológica enemiga no es perniciosa en sí misma, sino la ausencia de su contrapartida o su interiorización acrítica y mientras más se conoce a Internet y a sus actores, más se está en condiciones de poder valorar la información que se recibe y actuar sobre ella. Y esa es tarea que corresponde, en primera instancia, a las personas mismas y a su cultura general e informativa que solo obtiene de practicarlas.
La libertad de información es un derecho inalienable que no puede ser coartado por el temor al uso de los medios masivos de comunicación por los adversarios. La cultura y los principios son capaces de derrotar cualquier campaña difamatoria.
Las acciones propagandísticas del imperialismo en Internet tienen posibilidades de éxito en tanto y cuanto se basen en verdades o medias verdades. La defensa fundamental ante las eventuales campañas enemigas radica en no cometer errores que puedan ser usados o potenciados por el adversario.
En la osmosis informativa entre las potencias imperialistas y los ex estados socialistas de Europa Oriental, el triunfo del capitalismo no se debió a su superioridad informativa, sino a las debilidades y errores de todo tipo de aquel “socialismo real”, que nunca lo fue.
Los imperialistas se ha preparado para combatir contra otros países en las redes internacionales y para obstaculizar y destruir los sistemas ofensivos y defensivos de sus eventuales enemigos. Ya han ensayado esas guerras cibernéticas, que no es lo mismo que la guerra psicológica, en conflictos militares concretos y hay indicios de que también han estado usando técnicas no solo limitativas, sino también destructivas contra páginas web revolucionarias, como Kaosenlared.net.
Los órganos de inteligencia y contra inteligencia y usarán esas técnicas como antes usaron el alambre, la correspondencia, las hondas radiales y televisivas y cuanto adelanto técnico fue posible en las comunicaciones en función de sus intereses; pero a nadie, en sus sanos cabales, se le ocurrió eliminar las cartas, los periódicos, los canales de televisión, el cable o el espacio radioelectrónico como modo de defensa.
El deber de los revolucionarios es dominar estas tecnologías modernas, usarlas defensivamente y socializarlas al máximo en el seno del pueblo, especialmente, en función de la democracia participativa y directa que corresponderá a la nueva sociedad socialista que, desde luego, nada tendrá que ver con los engendros de igual nombre del siglo XX.
Sin socialización, sin democratización y sin libertad plena no hay socialismo posible.
La Habana, 22 de marzo de 2011 perucho1949@yahoo.es
Nota: vea mi página-blog en Kaosenlared.net, donde están todos mis escritos publicados y sus comentarios: http://www.kaosenlared.net/colaboradores/pedrocampos
El capitalismo ha desarrollado las fuerzas que desde su seno terminarán por imponer la socialización de los conocimientos, de la propiedad sobre los medios de producción y de la apropiación de sus resultados.
Quizás ninguna otra herramienta pueda contribuir tan decisivamente en esa dirección como la red de comunicaciones rápidas, versátiles y baratas que posibilitan las modernas técnicas de informatización y comunicación, especialmente la red de redes: Internet.
Ya el mundo contemporáneo se hace imposible sin las modernas técnicas de computación, automatización y comunicación, sin las cuales se dificulta el desarrollo de la producción, el intercambio mercantil, el de las Ciencias de todo tipo, el de la cultura y el de la propia democratización de la economía y la política.
Si el socialismo va, precisamente, con la socialización y democratización de la vida económica, política y social de los pueblos, nada le es más consustancial que la intercomunicación horizontal que posibilitan las modernas técnicas de computación y comunicación.
Nunca será suficiente todo lo que se escriba sobre la importancia de estas modernas técnicas para la democratización de las políticas y el papel que están llamadas a jugar en la participación de las masas en función de la organización democrática de la sociedad del futuro, algo que ya se viene practicando en algunos países aunque con limitaciones.
No sería posible considerar la sistemática consulta a todos los ciudadanos sobre los presupuestos participativos y la convocatoria de referendos sobre las importantes leyes que atañen a todos, sin las modernas técnicas de comunicación y computación.
Como tampoco sería posible que todos los ciudadanos estén sistemáticamente informados sobre la forma en que se gastan o invierten sus aportes a los presupuestos, sin la existencia de paginas webs gubernamentales a los distintos niveles, que informen con inmediatez al respecto y posibiliten la trasparencia sobre el manejo de los fondos por parte de los gobiernos.
A la hora de formar y reformar leyes y constituciones, el papel de estos medios es insustituible en la época moderna, si se aspira de verdad a contar con las opiniones de todos los involucrados. Internet iguala las posibilidades de opinar y de dar a conocer esas opiniones, pues por mucho que lo deseen quienes pretenden controlar la prensa escrita, radial y televisiva, la red de redes crea condiciones para que todos puedan dar a conocer sus opiniones y que estas puedan ser conocidas por todos: la horizontalidad soñada por todos los socialistas de todas las épocas.
Pero, desde luego, para ello sería necesario, primero, la socialización de estos medios, que en una sociedad socialista debería ser de muy bajo costo o subsidiada por el estado de transición, como el agua y los demás servicios públicos de primera necesidad.
Sabido es que los intereses hegemónicos manipulan la información sobre los conflictos de toda índole; pero también es conocido que cada cual reacciona ante tales informaciones según sus intereses, visiones y convicciones. Mientras más culta, libre, democrática y socializada sea una sociedad, en mejores condiciones estará para enfrentar los retos de las redes internacionales.
A la sociedad socialista del futuro corresponde un nuevo tipo de democracia participativa y directa, que no tiene nada que ver con la burguesa representativa indirecta presente en la mayoría de los países, si bien es cierto que ya en muchas de las sociedades contemporáneas se practican formas de democracia directa, las cuales permiten a los ciudadanos a través de internet emitir su criterio o su voto en procesos electorales, formación de presupuestos, leyes municipales o nacionales y otros por el estilo.
Y ese tipo de democracia participativa directa, donde cada ciudadano, sin intermediarios, contribuye a la formación de las opiniones, de leyes y decisiones y hace propuestas de candidatos para cargos electicos y luego vota directamente por ellas y por los encargados de ejecutarlas, solo será posible por la existencia y extensión en la sociedad de las modernas técnicas de computación y comunicaciones.
Por eso, los socialistas que aspiramos a esas nuevas sociedades socializadas y democratizadas, apoyamos sin reservas el desarrollo y socialización de las modernas técnicas de la informatización y las comunicaciones y desde luego no tenemos ningún temor al intercambio de información y de criterios en las redes, aún cuando sabemos de la superioridad tecnológica del adversario, pues confiamos en nuestras razones.
La tecnología en sí misma no es “mala” y pertenece a quien la usa. Las vías concretas de intercambio como Internet, tienen dueños, pero pueden ser usadas por todos dentro de las normas legales y éticas mutuamente aceptadas o establecidas por cada uno de los circuitos y las nuevas sociedades pueden también establecer limitaciones al uso de paginas degradantes para los seres humanos, crear sus propios sistemas, sus redes nacionales o internacionales, sin aislarse de los otros y sin dejar de usar las vías existentes.
La peor de las informaciones manipuladas como parte de la guerra psicológica enemiga no es perniciosa en sí misma, sino la ausencia de su contrapartida o su interiorización acrítica y mientras más se conoce a Internet y a sus actores, más se está en condiciones de poder valorar la información que se recibe y actuar sobre ella. Y esa es tarea que corresponde, en primera instancia, a las personas mismas y a su cultura general e informativa que solo obtiene de practicarlas.
La libertad de información es un derecho inalienable que no puede ser coartado por el temor al uso de los medios masivos de comunicación por los adversarios. La cultura y los principios son capaces de derrotar cualquier campaña difamatoria.
Las acciones propagandísticas del imperialismo en Internet tienen posibilidades de éxito en tanto y cuanto se basen en verdades o medias verdades. La defensa fundamental ante las eventuales campañas enemigas radica en no cometer errores que puedan ser usados o potenciados por el adversario.
En la osmosis informativa entre las potencias imperialistas y los ex estados socialistas de Europa Oriental, el triunfo del capitalismo no se debió a su superioridad informativa, sino a las debilidades y errores de todo tipo de aquel “socialismo real”, que nunca lo fue.
Los imperialistas se ha preparado para combatir contra otros países en las redes internacionales y para obstaculizar y destruir los sistemas ofensivos y defensivos de sus eventuales enemigos. Ya han ensayado esas guerras cibernéticas, que no es lo mismo que la guerra psicológica, en conflictos militares concretos y hay indicios de que también han estado usando técnicas no solo limitativas, sino también destructivas contra páginas web revolucionarias, como Kaosenlared.net.
Los órganos de inteligencia y contra inteligencia y usarán esas técnicas como antes usaron el alambre, la correspondencia, las hondas radiales y televisivas y cuanto adelanto técnico fue posible en las comunicaciones en función de sus intereses; pero a nadie, en sus sanos cabales, se le ocurrió eliminar las cartas, los periódicos, los canales de televisión, el cable o el espacio radioelectrónico como modo de defensa.
El deber de los revolucionarios es dominar estas tecnologías modernas, usarlas defensivamente y socializarlas al máximo en el seno del pueblo, especialmente, en función de la democracia participativa y directa que corresponderá a la nueva sociedad socialista que, desde luego, nada tendrá que ver con los engendros de igual nombre del siglo XX.
Sin socialización, sin democratización y sin libertad plena no hay socialismo posible.
La Habana, 22 de marzo de 2011 perucho1949@yahoo.es
Nota: vea mi página-blog en Kaosenlared.net, donde están todos mis escritos publicados y sus comentarios: http://www.kaosenlared.net/colaboradores/pedrocampos
0 comentarios:
Publicar un comentario