TeleSUR / TELAM / Agencias – Según los resultados preliminares divulgados este lunes por el Consejo Electoral Provisional (CEP), el cantante Michel “Sweet Mickey” Martelly logró más del 50 por ciento más uno de los votos necesarios para ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Haití.
Si estos números se mantienen Martelly derrotará a la líder opositora y ex primera dama Mirlande Manigat, quien había ganado la primera vuelta en noviembre pasado.
Martelly, un cantante de 50 años con pasado duvalierista y relacionado a Estados Unidos, no tenía ninguna experiencia política.
Su campaña se basó en predicar un mensaje contundente de “cambio”, con la promesa de romper con décadas de corrupción y un ineficaz Gobierno.
Martelly se incluyó en el balotaje luego de que el CEP implementase las sugerencias de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que revisó los resultados de la primera vuelta y ante las irregularidades encontradas recomendó que se excluyera al candidato del partido de Gobierno, Jude Celestin.
El secundo turno ha sido marcado por un elevado nivel de irregularidades, más de 1 500 actas de resultados de unos 25 000 han sido retirados para su posterior investigación.
El 20 de marzo los haitianos acudieron a las urnas en unas elecciones con alta participación. El CEP deberá dar los resultados definitivos el 16 de abril.
Se espera que la ceremonia de traspaso de mando tenga lugar antes del 14 de mayo, fecha en que concluye la prolongación del mandato permitida al actual presidente René Préval.
Medios locales reportaron este lunes una situación relativamente calmada en Puerto Príncipe y las principales ciudades de Haití a la espera de los resultados, en medio de un reforzado dispositivo de seguridad.
La misión en Haití de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados del Caribe decidieron el pasado sábado mantener sus fuerzas en el país caribeño hasta el anuncio definitivo de los resultados electorales.
Sectores haitianos han manifestado un “gran temor” a que los resultados desencadenen actos de violencia, tal como ocurrió el 7 de diciembre pasado cuando fueron anunciados los datos preliminares de la primera vuelta.
Según medios locales, cientos de personas acudieron el fin de semana a los supermercados y bancos de la capital (Puerto Príncipe) para abastecerse de víveres, ante la posibilidad de que ocurran manifestaciones y actos desordenados tras la proclamación de los resultados preliminares.
“La duda, el suspenso y la tensión ganan los corazones”, publicó el diario Le Nouvelliste en su edición del fin de semana.
El futuro mandatario caribeño deberá tomar las riendas de la lenta reconstrucción de Haití, el país más pobre del continente americano, afectado el 12 de enero del 2010 por un terremoto de 7,3 en la escala de Richter que dejó más de 250 mil muertos y dos millones de damnificados, de los cuales 800 mil viven aún en campamentos.
Además, deberá hacer frente a una epidemia de cólera que desde mediados de octubre hasta la fecha ha causado la muerte de cuatro mil 717 personas y ha infectado a otras 258 mil 84.
TELAM: SUS PARTIDARIOS ATRAIDOS POR SU MUSICA IGNORAN SU PASADO ULTRADERECHISTA
Martelly es un “chico malo” de la kompa, un popular baile haitiano, que llega a este balotaje luego de dirimir el segundo lugar en la primera ronda electoral con el candidato oficialista, Jude Celestin, en un controvertido recuento de votos, recuerda la agencia TELAM.
La única concesión que hizo durante la campaña respecto de los clichés de un pop star fue dejar la ropa informal para vestir traje y corbata, pero nada más.
Como si fuera una de esas legendarias estrellas de rock que montan shows para revivir éxitos del pasado, a sus 50 años Martelly desplegó una energía envidiable para recorrer escenarios, donde desplegó todos los trucos aprendidos durante sus largos años de carrera musical.
De hecho, su apodo “Ted Kalé” (cabeza rapada), fue un grito de guerra electoral entre unos seguidores, en su mayoría jóvenes, más atraídos por su popularidad como músico que por su mensaje político.
Al igual que ocurrió con su adversaria de mañana, Mirlande Manigat, apenas esbozó un programa de gobierno, basado en la mejora de la educación, la creación de empleo y la reconstrucción nacional ineludible tras el devastador terremoto de hace poco más de un año.
También fue una herramienta de campaña la fundación Rosa y Blanco que creó en 2008 junto a su esposa, Sophia Saint Rémy, y que tiene como objetivo “mejorar las condiciones sociales, sanitarias y económicas” de los haitianos mediante campañas de distribución de comida, herramientas o formación, entre otros.
Algunos analistas califican al discurso de Martelly de populismo de ultraderecha, lo que no parece preocupar a sus partidarios, fans que han acudido en masa a los actos, más convocantes por la música, incluida la presencia de su rapero amigo Wyclef Jean, que por las propuestas políticas.
Es un enigma también cómo afectará sus chances la llegada al país del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, que con su discurso izquierdista mantiene una fuerte influencia popular y hacia quien Martelly ha manifestado públicamente su antipatía.
Según la analista haitiana Jocelyn McCalla, citada por la agencia DPA, a comienzos de los 90 Martelly “empezó a ser identificado con la junta militar que depuso a Aristide en 1991″, hasta el punto de que participó en 1993 en las protestas orquestadas por el gobierno del momento para recibir al entonces enviado especial para Haití de Naciones Unidas, Dante Caputo, quien llegó al país para negociar el regreso de Aristide, recordó el diario “The Miami Herald” esta semana.
A sabiendas de que está disputando la presidencia, Martelly se moderó en los pasados días su rechazo a Aristide y aseguró que no se opondría a su vuelta, si bien dejó claro que hubiera preferido que ésta se produjera después de los comicios del domingo.
Si estos números se mantienen Martelly derrotará a la líder opositora y ex primera dama Mirlande Manigat, quien había ganado la primera vuelta en noviembre pasado.
Martelly, un cantante de 50 años con pasado duvalierista y relacionado a Estados Unidos, no tenía ninguna experiencia política.
Su campaña se basó en predicar un mensaje contundente de “cambio”, con la promesa de romper con décadas de corrupción y un ineficaz Gobierno.
Martelly se incluyó en el balotaje luego de que el CEP implementase las sugerencias de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que revisó los resultados de la primera vuelta y ante las irregularidades encontradas recomendó que se excluyera al candidato del partido de Gobierno, Jude Celestin.
El secundo turno ha sido marcado por un elevado nivel de irregularidades, más de 1 500 actas de resultados de unos 25 000 han sido retirados para su posterior investigación.
El 20 de marzo los haitianos acudieron a las urnas en unas elecciones con alta participación. El CEP deberá dar los resultados definitivos el 16 de abril.
Se espera que la ceremonia de traspaso de mando tenga lugar antes del 14 de mayo, fecha en que concluye la prolongación del mandato permitida al actual presidente René Préval.
Medios locales reportaron este lunes una situación relativamente calmada en Puerto Príncipe y las principales ciudades de Haití a la espera de los resultados, en medio de un reforzado dispositivo de seguridad.
La misión en Haití de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados del Caribe decidieron el pasado sábado mantener sus fuerzas en el país caribeño hasta el anuncio definitivo de los resultados electorales.
Sectores haitianos han manifestado un “gran temor” a que los resultados desencadenen actos de violencia, tal como ocurrió el 7 de diciembre pasado cuando fueron anunciados los datos preliminares de la primera vuelta.
Según medios locales, cientos de personas acudieron el fin de semana a los supermercados y bancos de la capital (Puerto Príncipe) para abastecerse de víveres, ante la posibilidad de que ocurran manifestaciones y actos desordenados tras la proclamación de los resultados preliminares.
“La duda, el suspenso y la tensión ganan los corazones”, publicó el diario Le Nouvelliste en su edición del fin de semana.
El futuro mandatario caribeño deberá tomar las riendas de la lenta reconstrucción de Haití, el país más pobre del continente americano, afectado el 12 de enero del 2010 por un terremoto de 7,3 en la escala de Richter que dejó más de 250 mil muertos y dos millones de damnificados, de los cuales 800 mil viven aún en campamentos.
Además, deberá hacer frente a una epidemia de cólera que desde mediados de octubre hasta la fecha ha causado la muerte de cuatro mil 717 personas y ha infectado a otras 258 mil 84.
TELAM: SUS PARTIDARIOS ATRAIDOS POR SU MUSICA IGNORAN SU PASADO ULTRADERECHISTA
Martelly es un “chico malo” de la kompa, un popular baile haitiano, que llega a este balotaje luego de dirimir el segundo lugar en la primera ronda electoral con el candidato oficialista, Jude Celestin, en un controvertido recuento de votos, recuerda la agencia TELAM.
La única concesión que hizo durante la campaña respecto de los clichés de un pop star fue dejar la ropa informal para vestir traje y corbata, pero nada más.
Como si fuera una de esas legendarias estrellas de rock que montan shows para revivir éxitos del pasado, a sus 50 años Martelly desplegó una energía envidiable para recorrer escenarios, donde desplegó todos los trucos aprendidos durante sus largos años de carrera musical.
De hecho, su apodo “Ted Kalé” (cabeza rapada), fue un grito de guerra electoral entre unos seguidores, en su mayoría jóvenes, más atraídos por su popularidad como músico que por su mensaje político.
Al igual que ocurrió con su adversaria de mañana, Mirlande Manigat, apenas esbozó un programa de gobierno, basado en la mejora de la educación, la creación de empleo y la reconstrucción nacional ineludible tras el devastador terremoto de hace poco más de un año.
También fue una herramienta de campaña la fundación Rosa y Blanco que creó en 2008 junto a su esposa, Sophia Saint Rémy, y que tiene como objetivo “mejorar las condiciones sociales, sanitarias y económicas” de los haitianos mediante campañas de distribución de comida, herramientas o formación, entre otros.
Algunos analistas califican al discurso de Martelly de populismo de ultraderecha, lo que no parece preocupar a sus partidarios, fans que han acudido en masa a los actos, más convocantes por la música, incluida la presencia de su rapero amigo Wyclef Jean, que por las propuestas políticas.
Es un enigma también cómo afectará sus chances la llegada al país del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, que con su discurso izquierdista mantiene una fuerte influencia popular y hacia quien Martelly ha manifestado públicamente su antipatía.
Según la analista haitiana Jocelyn McCalla, citada por la agencia DPA, a comienzos de los 90 Martelly “empezó a ser identificado con la junta militar que depuso a Aristide en 1991″, hasta el punto de que participó en 1993 en las protestas orquestadas por el gobierno del momento para recibir al entonces enviado especial para Haití de Naciones Unidas, Dante Caputo, quien llegó al país para negociar el regreso de Aristide, recordó el diario “The Miami Herald” esta semana.
A sabiendas de que está disputando la presidencia, Martelly se moderó en los pasados días su rechazo a Aristide y aseguró que no se opondría a su vuelta, si bien dejó claro que hubiera preferido que ésta se produjera después de los comicios del domingo.
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