UNA DE LAS CARACTERÍSTICAS DE LAS REVOLUCIONES ES QUE SON COMO LOS TERREMOTOS, PORQUE SE DESATAN CUANDO MENOS SE ESPERAN
Santo Domingo, República Dominicana.
El descrédito de los partidos políticos en América Latina, sumado a la crisis económica y a la corrupción podrían ser los detonantes de movimientos de protestas en la región, contrario a lo sucedido recientemente en países árabes como Egipto y Siria, donde gran parte de la población se ha levantado en contra de sus dictaduras.
La reflexión la hace el presidente de la Asociación de Historiadores de Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), Sergio Guerra Vilaboy, quien advirtió que no hay un mecanismo que resuelva los problemas porque hay un sistema político que se recicla y es corrupto.
La historia da giros sorpresivos, dijo, y precisamente, agregó, una de las características de las revoluciones es que son como los terremotos, porque se desatan cuando menos se esperan.
La ADHILAC realiza en el país desde hoy y hasta el viernes, con el apoyo de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) el X Congreso Las Revoluciones en la Historia de América Latina y el Caribe en el Siglo XX.
El evento cuenta con el auspicio de la Academia Dominicana de la Historia, la Cátedra Juan Bosch de la Universidad de La Habana y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),
El doctor Guerra Vilaboy, quien es director del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, y premio Casa de las Américas 2010, se refirió a que los movimientos que expresan el descontento de la gente en España son síntomas de algo que está fallando en la clase política, sumado a la crisis económica mundial.
Expuso sus opiniones junto al profesor Luis Céspedes, miembro coordinador del X Congreso de ADHILAC y presidente de la Cátedra Juan Bosch de la Universidad de La Habana, y a Jorge Elías Caro, secretario ejecutivo de la ADHILAC y profesor de la Universidad del Magdalena, Colombia.
Cree que la historia de América Latina siempre ha sido convulsa, pues se nació de una convulsión, que fue la conquista, hace cinco siglos. Ve que los primeros diez años del siglo XXI son más agresivos que los primeros diez del siglo XX.
No obstante, resalta que el siglo XX estuvo plagado de revoluciones, que abrió con la mexicana. En muchos países, en los años treinta, hubo muchas revoluciones frustradas.
En 1944 se produjo la revolución guatelmateca, la boliviana en 1952, en 1959 la cubana, en abril de 1965 la dominicana y en 1979 la sandinista, en Nicaragua.
“El tema de las revoluciones, que parecía era cosa del pasado se está poniendo a la orden del día”, dijo Guerra Vilaboy.
Parecidos.
El descrédito de los partidos políticos en América Latina, sumado a la crisis económica y a la corrupción podrían ser los detonantes de movimientos de protestas en la región, contrario a lo sucedido recientemente en países árabes como Egipto y Siria, donde gran parte de la población se ha levantado en contra de sus dictaduras.
La reflexión la hace el presidente de la Asociación de Historiadores de Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), Sergio Guerra Vilaboy, quien advirtió que no hay un mecanismo que resuelva los problemas porque hay un sistema político que se recicla y es corrupto.
La historia da giros sorpresivos, dijo, y precisamente, agregó, una de las características de las revoluciones es que son como los terremotos, porque se desatan cuando menos se esperan.
La ADHILAC realiza en el país desde hoy y hasta el viernes, con el apoyo de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) el X Congreso Las Revoluciones en la Historia de América Latina y el Caribe en el Siglo XX.
El evento cuenta con el auspicio de la Academia Dominicana de la Historia, la Cátedra Juan Bosch de la Universidad de La Habana y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),
El doctor Guerra Vilaboy, quien es director del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana, y premio Casa de las Américas 2010, se refirió a que los movimientos que expresan el descontento de la gente en España son síntomas de algo que está fallando en la clase política, sumado a la crisis económica mundial.
Expuso sus opiniones junto al profesor Luis Céspedes, miembro coordinador del X Congreso de ADHILAC y presidente de la Cátedra Juan Bosch de la Universidad de La Habana, y a Jorge Elías Caro, secretario ejecutivo de la ADHILAC y profesor de la Universidad del Magdalena, Colombia.
Cree que la historia de América Latina siempre ha sido convulsa, pues se nació de una convulsión, que fue la conquista, hace cinco siglos. Ve que los primeros diez años del siglo XXI son más agresivos que los primeros diez del siglo XX.
No obstante, resalta que el siglo XX estuvo plagado de revoluciones, que abrió con la mexicana. En muchos países, en los años treinta, hubo muchas revoluciones frustradas.
En 1944 se produjo la revolución guatelmateca, la boliviana en 1952, en 1959 la cubana, en abril de 1965 la dominicana y en 1979 la sandinista, en Nicaragua.
“El tema de las revoluciones, que parecía era cosa del pasado se está poniendo a la orden del día”, dijo Guerra Vilaboy.
Parecidos.
El presidente de la ADHILAC observa ciertos parecidos en las revoluciones, mexicanas, cubanas y sandinistas porque surgen contra largas dictaduras: la de Porfirio Díaz, de Fulgencio Batista y la de Anastasio Somoza Debayle.
“Tienen expresión por situaciones sociales tensas, crisis económicas, todo eso mezclado”, precisó Guerra Vilaboy. En algunas es más predominante el componente político, en otras el social-económico, puntualizó, pero sostiene también que a veces se combinan.
Estas revoluciones del siglo XX fueron contra gobiernos entreguistas a los intereses extranjeros por lo que se destaca el elemento nacionalista. Han tenido como base movimientos obreros, estudiantiles, campesinos.
Triunfo.
Tradicionalmente se ha medido el triunfo de una revolución en función de que alcancen la toma del poder para hacer los cambios programados.
Asi opinó el profesor Luis Céspedes, miembro coordinador del X Congreso de ADHILAC y presidente de la Cátedra Juan Bosch de la Universidad de La Habana.
Cree que en América Latina se están creando por primera vez movimientos independientes de los norteamericanos.
Sobre las intervenciones dijo que han concitado un repudio en la región. “Una intervención en cualquiera de estos países concita una solidaridad tremendaÖ cada vez que nos hemos visto en peligro viene la protesta y entonces se forma un rollo que no es tan fácil...”, puntalizó Céspedes.
¿POR QUÉ EEUU NO INTERVINO A CUBA?
El presidente de la Asociación de Historiadores de América Latina y del Caribe piensa que Cuba no ha sido intervenida militarmente por los Estados Unidos a causa de su revolución, por varios factores.
Primero, dijo Guerra Vilaboy, menospreciaron un poco el proceso revolucionario, pues no le vieron los alcances y profundidad que tenían.
“Y un poco se sorprendieron de la magnitud y por la radicalización del proceso”, agregó.
Los Estados Unidos pensó que podían aplicar la misma receta de Guatemala a Cuba, donde armaron a los enemigos del gobierno y fracturaron el ejército.
En Cuba, explicó, era diferente. Era una revolución que había salido de abajo, que tenía un ejército diferente y al radicalizarse y producir grandes beneficios sociales tenía un respaldo popular muy grande.
Por eso quedó demostrado que la intervención de Bahía de Cochino duró menos de 72 horas para ser derrotada por las fuerzas lideradas por Fidel Castro.
“Eso provocó una crisis prácticamente en los Estados Unidos, la famosa frase del presidente Keneddy: ‘La victoria tiene muchos padres, la derrota es huérfana”, recordó.
Esa situación, añadió, produjo un desconcierto en los Estados Unidos y agudizó el enfrentamiento con Cuba, que culmina con la llamada crisis de los misiles tras la isla buscar alianzar militar con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Rusia).
Al convertirse en un conflicto de superpotencias, hubo un pacto entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Mientras que el profesor Luis Céspedes cree que uno de los factores esenciales que hacen meditar mucho a los Estados Unidos es el rechazo a las intervenciones que hay en el Caribe y en América Latina.
“Abril” fue una revolución frustrada.
La revuelta de abril de 1965 en el país para demandar el reestablecimiento en el poder del presidente constitucional Juan Bosch, derrocado el 25 de septiembre de 1963 por un golpe de Estado, es considerada por el historiador Guerra Vilaboy como una revolución frustrada por la intervención militar de los Estados Unidos.
Sergio Guerra Vilaboy, presidente de la Asociación de Historiadores de América Latina y el Caribe, dijo que se trató de una revolución que nació con contenidos democráticos.
Sostuvo que igual pasó con la Revolución Cubana, que se originó con contenido democrático y social, y que fue la presión de los Estados Unidos que la llevó a un proceso de radicalización vertiginoso.
Asimismo, Estados Unidos intervino, con el temor de que en República Dominicana fuera una “segunda Cuba”, en una revolución que pretendía restablecer la democracia y el gobierno de Juan Bosch.
“Si en Cuba hubieren intervenido, quizás la revolución cubana también sería frustrada”, dijo Guerra Vilaboy.
Objetivos.
“Pero su contenido original era una revolución que buscaba fundamentalmente restablecer el régimen democrático, la constitución de 1940 y lograr un mejoramiento social”, manifestó.
En el congreso, los historiadores tendrán mesas exclusivas para el debate del tema militar de las revoluciones.
Hablarán del concepto teórico de revolución.
Sergio Guerra Vilaboy, presidente de la Asociación de Historiadores de América Latina y el Caribe, dijo que el concepto de revolución se inició en Europa en el siglo XVII, asociado a los astros, no a las ciencias sociales ni a la historia.
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