miércoles, 1 de agosto de 2012

En Ecuador, Christine Assange cuestiona la hipocresía de EEUU


Christine Assange entrevista Andes 30 jul_1ANDES – Christine Assange, madre del fundador de Wikileaks, Julian Assange, se encuentra en Ecuador desde el fin de semana a fin de exponer a las autoridades del país los argumentos por los que considera deberían otorgarle el asilo político a su hijo.
El 19 de junio se refugió Julian Assange en la sede diplomática de Ecuador en Londres, argumentando que su país natal, Australia, lo había dejado indefenso, por lo que temía que su extradición a Suecia, y posteriormente a Estados Unidos, podría llevarlo a ser condenando a la pena de muerte, acusado de espionaje y traición.
Christine se reunió el lunes con el canciller Ricardo Patiño y tiene previsto hacerlo antes del viernes con el presidente de la República, Rafael Correa, y con el titular de la Asamblea Legislativa, Fernando Cordero.
Durante la cita con el ministro de Exteriores, la señora Assange informó que tiene evidencia de que se está realizando un proceso judicial denominado “Gran Jurado” en contra de su hijo, en Virginia-Estado Unidos, precisamente el lugar con mayor concentración de familias de contratistas militares.
La madre de Julian dialogó con la Agencia Andes, y criticó la hipocresía de Estados Unidos en el discurso sobre los derechos humanos y la libertad de expresión. Dijo que ese país se ha convertido en un estado policial y totalitarista, que se ubica en el quinto lugar entre los países con más ejecuciones de personas.
Pero destacó las razones por las que eligieron a Ecuador, un país que defiende los derechos humanos, la soberanía y que no es fácilmente intimidado por potencias extranjeras.
Usted ha realizado un viaje muy largo, cruzando un continente ¿Por qué?
Tengo temor por la vida de mi hijo, que está siendo víctima de persecución política por las publicaciones de Wikileaks. El canciller (de Ecuador) me ha invitado para venir a hablar con él sobre mis preocupaciones por la seguridad de mi hijo y lo que pasaría si le extraditan a Estados Unidos.
¿Cómo ve la señora Assange a Ecuador para que decida poner atención, fijarse en el Gobierno y confiar en él?
En el 2007, cuando el presidente Rafael Correa asumió el poder él ha mostrado preocupación por los derechos humanos y está tratando de hacer una reforma. Ecuador está muy activo en el tema y tiene una agenda política en esa área. El presidente Correa protege la soberanía de su país y parece que no se deja intimidar fácilmente por las personas que no están actuando a favor de los derechos humanos. El pueblo ecuatoriano ha demostrado que los derechos humanos son importantes para ellos colectivamente al elegir a este presidente.
La Constitución también es muy fuerte en cuanto a derechos humanos y fue ratificada por el pueblo en referéndum (en 2008 Ndlr). Es decir, los derechos humanos no son simplemente un tema de conversación a la hora del te, se lo está poniendo en acción. Ecuador está muy comprometido con la Declaración de los Derechos Humanos, además su Gobierno considera que la pena de muerte va contra los derechos humanos y no cree que los prisioneros políticos deban ser extraditados.
Usted ha dicho que se siente aterrorizada por lo que le podría pasar a su hijo si es extraditado a Estados Unidos, ¿cómo entender eso de un país que supuestamente es el abanderado de la defensa de los derechos humanos y que critica a otros países por vulnerar ese derecho?
Tal vez en algún momento Estados Unidos protegió los derechos humanos, pero lo ha dejado de hacer hace mucho tiempo. Por ejemplo, yo he estado investigando un poco sobre la pena de muerte y únicamente en Texas, hasta el 2009, los norteamericanos ejecutaron a más de cuatrocientos ciudadanos. Estados Unidos se ubica en el puesto cinco de los países que más ejecutan personas en su propio territorio. Es el único país occidental que hace eso como una forma de castigo rutinario. Este año Estados Unidos se convirtió en un estado policial, con la introducción de la ley de defensa nacional mediante la cual los militares pueden arrestar a la gente sin una orden y retenerlos por un periodo de tiempo indefinido. Estados Unidos es un poco hipócrita al decir al resto del mundo que deben trabajar por los derechos humanos y la democracia cuando al mismo tiempo persiguen a sus propios ciudadanos y otros ciudadanos del mundo.
El presidente Barack Obama fue electo con la promesa de cerrar (la prisión de) Guantánamo. Wikileaks probó que la gente estaba siendo torturada, muchos de ellos inocentes. Actualmente, Estados Unidos está invirtiendo treinta millones de dólares en actualizar la fibra óptica en Guantánamo. Recientemente estuve en Camberra, la capital de Australia, donde David Hicks, un australiano que estuvo seis años en confinamiento en Guantánamo luego que fue vendido por cinco mil dólares a Estados Unidos por parte de la Alianza del Norte. Hicks contó que durante su confinamiento fue mantenido en un contenedor de metal, sin calefacción, sin aire acondicionado, por momentos estuvo encadenado al suelo sobre su propio excremento; era forzado a dormir mirando hacia una luz fluorescente, si volteaba la cara, lo castigaban, le inyectaron drogas y fue atormentado sicológicamente; si trataba de evitar la tortura era castigado. El Gobierno de Australia lo abandonó y reportaron que gozaba de buena salud.
¿Qué escenarios jurídicos tiene en mente?      
No tengo idea, no soy abogado. Actualmente estoy preocupada por lo que pasa en el día a día, los abogados están considerando lo que pueda pasar a futuro, pero yo no lo he hecho. El problema es que todas estas cosas implican muchos costos y se nos está acabando el dinero porque se trata de un caso de alto perfil.
Los cuatro gobiernos que están involucrados (Estados Unidos, Suecia, Inglaterra y Australia, Ndlr) tienen fondos ilimitados. Es un escenario tipo David y Goliat.
A pesar de que los gobiernos que no tienen nada que esconder están apoyando a Julian, hay muchos ciudadanos en el mundo que lo apoyan porque están conscientes del legado que Wikileaks está dando al mundo, al exponer la corrupción sobre los crímenes de guerra, los secuestros, tortura, negociaciones oscuras y corrupción corporativa, que han estado desgastando democracias y contribuyendo al abuso de los derechos humanos, generando sufrimiento, pobreza y degradación ambiental.

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