viernes, 22 de noviembre de 2013

EE.UU.: el socialismo gana adeptos en los electores a lo largo del país

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Candidatos explícitamente socialistas provocan olas en una, de otra manera, aburrida jornada electoral.
LAS CONTIENDAS electorales por cargos de liderazgo nacional ocurren en años pares. Por esa razón, también la mayoría de las elecciones estatales siguen el mismo patrón. Como resultado, los medios de comunicación apelotonan su desmesurada atención en sólo unas pocas pugnas que rara vez desbordan el estatus quo electoral. Una elección en un año impar suele ser un asunto bastante aburrido.
La preferida línea periodística es que este año la derecha republicana recibió una paliza. En Virginia, el demócrata Terry McAuliffe ganó a lo grande en su apuesta por la silla de la gobernación estatal contra el republicano Ken Cuccinelli, fiscal general del estado. Según las encuestas, los dos candidatos estaban empatados en la primera mitad del año, pero McAuliffe comenzó a tomar la delantera durante el verano, como consecuencia del creciente rechazo público a los fanáticos del Tea Party, quienes consumaron su derrota política durante la disputa por el cierre del gobierno, el mes pasado.
Pero el análisis mediático, demócratas-ganan-republicanos-pierden, es superficial. McAuliffe fue uno de los arquitectos políticos de la administración Clinton, conocido por sus estrechos lazos corporativos. McAuliffe se diferencia mucho menos de su oponente republicano de lo que la gente cree. La verdadera historia en Virginia, así como en Washington, es qué tanto los líderes demócratas se han derechizado, sin dejar de retratarse a sí mismos como paladines contra el Tea Party.
Y en Nueva Jersey, la aplastante reelección del gobernador republicano Chris Christie alimenta las especulaciones sobre su posible candidatura presidencial en 2016. Como el Washington Postlo dijo, “[Christie] y sus asesores esperan que el resultado envíe un mensaje al dividido partido republicano acerca de cómo ganar en lugares donde sus candidatos presidenciales han estado perdiendo”.
Pero mientras los medios están dispuestos a retratar a Christie como un republicano “moderado” que puede ganar en los estados azules, su política anti-sindical y pro-austeridad es similar a la de Cuccinelli.
Por la otra banda, la ciudad de Nueva York obtuvo su primer alcalde demócrata en dos décadas, y este demócrata, Bill de Blasio, parece estar cortado de una tela diferente a la de McAuliffe. De Blasio ganó la primaria demócrata en septiembre con una campaña que criticó las “dos ciudades”, una opulenta y otra pobre, que emergieron bajo Michael Bloomberg. Su triunfo es una señal del descontento entre los neoyorquinos con las prioridades pro-Wall Street de los 12 años de Bloomberg. Pero como notaron Don Lash y Danny Katch en SocialistWorker.org, el “desafío” de De Blasio es más estilístico que substancial.
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ESTE AÑO, además, hubo un puñado de contiendas locales que encendieron el entusiasmo entre la izquierda que reconoce la necesidad de una alternativa independiente a la de los dos partidos del capital. Tres candidatos de Alternativa Socialista –Kshama Sawant en Seattle, Ty Moore en Minneapolis, y Seamus Whelan en Boston–corrieron por asientos en el ayuntamiento de sus respectivas ciudades. Sawant y Moore, en particular, ganaron mucha atención local y nacional por sus reales chances de ganar; una rareza en las campañas de izquierda independientes.
El éxito de estos esfuerzos está directamente ligado a la reputación de los candidatos como respetados activistas. Moore, por ejemplo, es parte de Ocupa Casas de MN, en Minneapolis, e hizo la demanda del movimiento por una moratoria de las ejecuciones hipotecarias y la prohibición de la participaron de la policía en los desalojos una parte central de su campaña.
La relación de Sawant con Lucha por 15, una campaña por un sueldo mínimo de 15 dólares por hora, y otras luchas populares transformó el debate político en Seattle –forzando al alcalde Michael McGinn decirle a un reportero que él firmaría una ordenanza municipal por un salario mínimo de $15 la hora, o incluso más.
Al cierre de esta edición, con 30,000 votos aun por contar, Sawant acumulaba el 49.49 por ciento de los votos, contra el 50.31 por ciento de su contendor. Mil doscientos votos los separan. A Ty Moore le faltaron 229 votos para rebasar a su oponente. Él obtuvo 42 por ciento de las preferencias, contra 47 por ciento de la ganadora Alondra Cano.
La Organización Internacional Socialista, editora de esta página, apoya a auténticos candidatos de izquierda, independientes de republicanos y demócratas, e instó a nuestros lectores a respaldar a estos tres candidatos socialistas y a votar por ellos.
Si el resultado final en Seattle es favorable a Kshama Sawant, la victoria tendrá importante y reales consecuencias para la izquierda. Durante su campaña, los tres candidatos prometieron abrir sus oficinas públicas para avanzar la lucha de los trabajadores, los oprimidos, los inmigrantes y la comunidad.
Más a menudo, sobre todo en las elecciones estatales y nacionales, donde el mayor poder reside bajo el techo del capitalismo, las campañas izquierdistas o socialistas no tienen posibilidad alguna de ganar, o incluso ganar una parte significativa de los votos. Esto plantea la pregunta, con diferentes respuestas por las distintas fuerzas de la izquierda, de si usar los escasos recursos de una organización en campañas electorales, además de construir luchas e iniciativas políticas más allá de la arena electoral.
Después de las elecciones del 5 de noviembre –y con las elecciones nacionales acercándose en 2014 y 2016, en las que la traición de los demócratas y de la administración Obama aumentará la necesidad de una alternativa independiente–esta discusión debe continuar, teniendo en cuenta las experiencias de estas tres campañas socialistas.

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