Recibido vía Occupy Hamburgo
Continúan las protestas en Hamburgo y las fábulas inventadas por el Departamento de Policía sobre un ataque a la comisaría de Davidwache el 28 de diciembre (Día de “inocentes”, qué casualidad).
Este supuesto ataque se supone que se produjo según las explicaciones que facilitó la policía respecto a la declaración del estado de emergencia de una amplia zona de Hamburgo, al considerarla “zona peligrosa”, cuyo objetivo evidente no era otro que quebrar la resistencia de los que defendían el Centro Cultural Rote Flora para evitar su cierre. Tres días después de declarar esta amplia área de Hamburgo “zona peligrosa”, numerosos testigos oculares declararon que la comisaría de policía no había sufrido ataque alguno la noche del 28 de diciembre, tal como afirma la policía.
La “zona peligrosa” incluye cuatro distritos de Hamburgo en los que viven 100.000 personas y cualquiera que transite por allí puede ser objeto de arresto preventivo. Pero no se trata de que exista peligro alguno en la zona. Los policías gritan ¡democracia! a cada golpe que descargan sobre los activistas. Ese es el único “peligro” que tiene esta zona: el de las palizas de la policía.
Las protestas continúan en la “zona peligrosa” desde que unas 1.000 personas ocupan las calles por tercer día consecutivo. La ira va creciendo, según se va enterando la gente de que el ataque a la comisaría de policía ha sido una fabulación policial. Los policías están acosando y cabreando a todo el mundo. Han levantado un puesto de control para detener a cada cliente que entra o sale de un “coffee shop” que ofrece sus servicios a los manifestantes a precios especiales.
La gente desafía a la poli, cargando con un montón de objetos terriblemente peligrosos, para entretenerlos y burlarse de ellos al mismo tiempo.
#Hamburg ha creado el juego de la “zona peligrosa”: va cargando de cosas inofensivas pero “decoradas” para mantener a los polis ocupados.
“Se prohíbe a todo el mundo transitar en grupos de más de 4 personas por las calles de Hamburgo y tienen prohibido llevar cámaras de vídeo”.
Una de las principales razones para declarar el estado de emergencia en esta zona (que describe la situación actual de Hamburgo mejor que las palabras “zona peligrosa”) es de nuevo el fantasmagórico ataque sufrido por la comisaría de policía de Reeperbahn. Según la policía, unos “30 ó 40 alborotadores izquierdistas enmascarados” atacaron la comisaría a pedradas y botellazos el 28 de diciembre. Los mandos de la policía aseguran que apedrearon las ventanas de la comisará y que tres policías que salían de la misma, fueron también atacados a pedradas y botellazos. Según estas declaraciones, uno de los policías resultó gravemente herido en el ataque al ser alcanzado en la cara por una pedrada lanzada desde corta distancia. La prensa institucional-corporativa que relata la historia citando a un policía miembro de un sindicato (que no es realmente un sindicato, sino un lobby policial), asegura que los agentes usarán en el futuro fuego real contra los grupos autónomos. El jefe del departamento de policía de Hamburgo advierte de que no se puede utilizar la violencia para conseguir objetivos políticos (solo la violencia policial, por supuesto).
El lunes, el señor Beuth, abogado del centro cultural Rote Flora, dijo que las noticias publicadas por la prensa sobre el supuesto ataque no eran más que fabulaciones y que el ataque del 28 de diciembre nunca tuvo lugar. El abogado afirmó que no existía tal grupo de activistas enmascarados y que tampoco existió el ataque a la comisaría. Dijo que sí había un policía herido, pero que sus heridas no las había sufrido en el inexistente ataque a la comisaría. Era improbable que hubiese resultado herido en la comisaría de Davidwache, dado que ni siquiera trabajaba en ella. Después de la información de Beuth, la policía intentó enmendar la historia: esta vez dijeron que el policía había resultado herido a unos 200 metros de distancia de esta comisaría. El abogado les pidió que presentaran las imágenes de las cámaras situadas delante de la comisaría como prueba del ataque que decían haber sufrido, según seguía insistiendo la policía. Pero el portavoz del departamento de policía de Hamburgo dijo que no podían hacerlo puesto que las cámaras no habían recogido ninguna imagen. Cuando le preguntaron si el abogado señor Beuth mentía, el portavoz dijo que “ellos (la policía) no lo sabían” y que tendrían que aclararlo. ¿Por qué no muestra la policía de Hamburgo los vídeos de las cámaras de vigilancia en que se muestre el ataque a la comisaría de policía? La noche del domingo, publicative.org publicó un artículo en el que un testigo ocular de los hechos del 28 de diciembre explicaba que lo que realmente había ocurrido era una historia muy diferente a la publicada por los medios institucionales-corporativos. El testigo explicaba que salía de un concierto en Reeperbahn cuando vio un grupo de unas 25 personas. Estas personas no llevaban máscaras ni parecían un grupo organizado como decía la policía. Dijo que no se habían arrojado piedras ni botellas contra la comisaría, como afirmaba la policía. Las personas del grupo entonaban los cánticos típicos de los hinchas de fútbol y los policías de la comisaría trataron de detenerlos. Una de estas personas fue aplastada contra el suelo, lo que provocó una discusión entre los policías y los miembros del grupo de forofos. Pero pasados unos momentos, fueron autorizados a seguir su camino. El testigo continúa relatando a los reporteros que al poco tiempo de haberse marchado el grupo, el policía que había sido herido, venía de la calle Hein-Hoyer y no de la comisaría, como había sostenido ésta durante toda la semana. Según el testigo, el policía entró en la comisaría para recibir los primeros auxilios después de llegar procedente de la calle Hein-Hoyer.
La policía no puede detener a nadie en los distritos de Hamburgo en donde está actuando sin orden judicial. Los fundamentos para imponer la ley marcial están basados en mentiras, como ha probado el abogado. La policía parece estar cayendo en su propia trampa, ya que ni siquiera es capaz de mantener la misma historia. En lunes por la noche, hubo una reunión del comité de interior del Senado de Hamburgo. Peter Born, a cargo del Centro Cultural Rota Flora, asegura que éste fue atacado por la policía cuando los manifestantes apenas habían avanzado pacíficamente unos 20 metros, porque los oficiales al mando de la comisaría el 28 de diciembre creyeron que era una manifestación espontánea, debido a las consignas que gritaba el grupo, y salieron a disolverla. Esta versión es también distinta a las anteriores. El senador Neumann (ministro de Interior del Estado de Hamburgo) informó a la radio FSK que también es posible que el grupo que salía del bar se viera envuelto en el incidente. Thomas Wüppesahl, perteneciente a un Grupo Federal de Policía, crítico con esta actuación policial, declaró: “Algo así no ocurre por accidente. Ningún mando policial es tan estúpido. Lo están haciendo para poner a toda la ciudad en estado de alarma, para atraerse su simpatía y al crear este ambiente se producirán nuevos hechos. Eso funciona así. Especialmente los medios de información corporativos han hecho un gran trabajo para tratar de convertir una mentira en verdad. Los vecinos creen que están provocando un levantamiento de toda la ciudad”.
Wüppesahl se refirió también a las manifestaciones del 21 de diciembre en Rote Flora, las viviendas Esso y los refugios para inmigrantes de Lampedusa. Dijo: “antes de que comenzara el espectáculo oí una conversación entre dos comandantes de escuadrón de Baja Sajonia. Las órdenes para esta misión eran muy claras: nadie marchará en manifestación desde aquí. Y para quienes conocen las tácticas policiales y vieran el equipo preparado allí, sabían que la mitad de las fuerzas de policía disponibles se concentraban en el punto de partida, resultaba claro que la ruta estaba cortada. La manifestación no debía celebrarse y la policía consiguió sistemáticamente que resultara violenta.”
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Fuente: http://revolution-news.com/
Traducción: Enrique Prudencio, para Zonaizquierda.org
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