Santo Domingo Republica Dominicana .-José Miguel Mateo Figueroa no imaginó nunca que perdería la vida a una esquina de su casa, y mucho menos a manos de quienes son los encargados de velar por la seguridad ciudadana: La Policía Nacional.
¿Por qué a mí?, si yo no sé nada, fueron las últimas palabras de Mateo Figueroa al momento de recibir varios disparos a manos de una patrulla policial hace 10 días en el sector Mi Sueño Segundo, en Villa Faro.
El joven, de 28 años, salía todos los días a su trabajo como herrero en la empresa Inesty, y llegaba pasada las cinco de la tarde.
El pasado 18, por mala suerte, cuando llegó a su vivienda decidió ir al colmado de la esquina de su casa a beberse un refresco. Se sentó en una silla y en menos de cinco minutos llegaron más de 10 policías, quienes sin mediar palabras le propinaron los disparos.
Cuando yo llegué al colmado a ver lo que sucedía vi como tiraban a mi hijo en la guagua de la Policía como un perro, pero estaba vivo. Intenté acercarme para ayudarlo, pero ellos ( los agentes) me empujaron y se llevaron a mi hijo. En el colmado sólo le dieron dos tiros y cuando me entregaron el cuerpo tenía siete, o sea, me lo remataron, narra con un profundo dolor en sus palabras doña Elsa Figueroa, madre del joven muerto.
La mujer manifestó que si su vástago era un delincuente no hubiese trabajado ni estudiado porque los malhechores no lo hacen.
La familia del joven considera que la muerte de su pariente se trató de una confusión, tras negar categóricamente que José Miguel tenía arma de fuego y estaba vestido de policía como aseguró la uniformada cuando lo mató.
Juan Mateo, padre, explicó que luego de que los agentes mataron a su hijo como no encontraban qué decir, lo vincularon a un supuesto robo que había hecho un vecino de nosotros que se llama Wadis Rivas junto a otro joven.
Dijo que al otro día de que el mayor Cristian Gómez Féliz mató a su hijo fue al sector hacer un allanamiento a la casa de Rivas.
Al momento del hecho, la Policía aseguró que el joven era parte de una banda que se dedicaba a robar y asaltar vestidos de policías, con chalecos anti balas y portando armas de fuego.
Este diario intentó comunicarse con el vocero de la Policía Nacional, Máximo Báez Aybar, para saber qué ha pasado con la patrulla que mató a Mateo Figueroa, pero no fue posible.
La familia espera que el caso de su pariente no quede impune como la mayoría que suceden a manos de policías.
Leisy Torres
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