Un estudio muestra que las personas que están acostumbradas al consumo de la comida basura se le quitan biológicamente el deseo de cambiar de dieta, según informa el sitio Web ‘Healthline’.
Según este estudio, la comida basura además de provocar obesidad y perjudicar el metabolismo, impide biológicamente que una persona mejore su dieta.
Normalmente, el cerebro está programado para evitar el consumo excesivo de un único tipo de productos en búsqueda de una alimentación equilibrada, pero una dieta poco saludable y con alto contenido en calorías y grasas inhibe este mecanismo natural.
Los científicos de Australia han llegado a esta conclusión después de estudiar durante dos semanas dos grupos de ratas, uno que tenía una diete diversificada y el otro que solo comía galletas, pasteles y otros productos altos en calorías y gasas.
El estudio concluyó que los animales que consumieron comida basura, pierden las ganas de probar diferentes alimentos.
Según Healthline, después del experimento y de recibir comida saludable, las ratas que habían tenido una mala alimentación, no cambiaron su actitud. De este modo, los especialistas afirman que las consecuencias de la comida basura son duraderas. Se trata de un círculo vicioso con peligrosos resultados a largo plazo.
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