George Prior, un vecino de Los Ángeles de 50 años, decidió realizar un experimento usándose a sí mismo como conejillo de indias para ver qué le pasaba a su cuerpo tras consumir 10 latas de Coca-Colas al día durante un mes.
Tal como era de esperar, Prior, que acostumbra a llevar una vida sana y una dieta saludable, aumentó más de 10 kilos de peso durante los 30 días que duró su experimento, además de sufrir un aumento de su presión arterial hasta alcanzar 145/96, un síntoma del empeoramiento de su salud. El hombre también sintió una fuerte necesidad de consumir más azúcar, pese a que estaba consumiendo 350 gramos de azúcar todos los días gracias a la ingesta de la bebida gaseosa.
Hace pocas semanas, se informó de que muchos zumos de frutas y batidos supuestamente apropiados para los niños contienen más azúcar que la propia Coca-Cola, hecho que levantó nuevamente la polémica sobre la manipulación mediática sobre supuesta ‘comida saludable’ para los menores que, en realidad, los vuelve prácticamente adictos.
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