En un municipio oaxaqueño donde solo quedan tres policías para más de 8.000 habitantes debido al azote de la violencia, ha aparecido una autodefensa armada que promete luchar por su autonomía, seguridad y tierras.
Este municipio sufre dos o tres robos a la semana, además de otros crímenes, mientras que la constante amenaza del crimen organizado hizo que renunciaran 11 de los 14 policías municipales.
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