Según expone el sociólogo Manuel González Navarro, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Ciudad de México, las protestas y los enfrentamientos violentos con las autoridades se volverán cada vez más frecuentes en todo el mundo debido a los problemas sociales y económicos y pone como ejemplo de ello a su propio país, México.
En relación a México, según González Navarro, las movilizaciones son producto del descontento y de la desesperación de la población frente a la clase política y al aumento de los precios, lo que deja a la gente en una situación cada vez más precaria.
“Las marchas van a ir en aumento e irán cambiando por la cantidad de problemas que tenemos en el país y por la perdurabilidad de los mismos, lo que hace a la población sentir desesperación y perder el miedo a expresarse y enfrentarse a las autoridades”.
Por su parte, la socióloga Delia Selene de Dios, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que,
“las marchas y movilizaciones crecen porque nuestros representantes no están atendiendo las necesidades de la sociedad, obligando a todas las partes en conflicto a buscar y fijar nuevas soluciones a los problemas que les atañen”.
“las marchas y movilizaciones crecen porque nuestros representantes no están atendiendo las necesidades de la sociedad, obligando a todas las partes en conflicto a buscar y fijar nuevas soluciones a los problemas que les atañen”.
Asimismo, las movilizaciones violentas y los disturbios afectan a la economía y al comercio, ya que si éstos se prolongan demasiado no permiten comerciar en los escenarios de las protestas, según explica la presidenta de la Cámara de Comercio de la Ciudad México, Ada Irma Cruz.
Solo en 2016 se registraron unas 542 manifestaciones en la capital mexicana, según la Secretaría del Gobierno de México; una cifra que aumenta a medida que pasan los años y que, según expertos sociólogos, se puede extrapolar al escenario internacional.
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