Con sus acciones, la Administración Obama hizo tambalearse a los regímenes políticos más progresistas de América Latina, opina el politólogo brasileño Carlos Eduardo Martins.
En el último instante de la Presidencia de Obama, el asesor adjunto de Seguridad Nacional de EEUU, Ben Rhodes, confesó que el espionaje a la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, realizado por Washington, fue el episodio que más había deteriorado las relaciones entre ambos países.
Además, Rhodes lamentó que EEUU no se hubiera esforzado lo suficiente para superar esta crisis diplomática.
De acuerdo con Carlos Eduardo Martins, “los demócratas siempre ponen una vela a Dios y la otra al diablo”. Esta frase refleja perfectamente el carácter del Partido Demócrata: al principio, “se consideran responsables de lo que está pasado” y después “tratan de encontrar soluciones más pacíficas”.
“La Administración Obama ha sido profundamente desestabilizadora para los regímenes más progresistas de América Latina. Obama todavía no ha hecho autocrítica por haber definido a Venezuela como una amenaza para EEUU, mientras que Brasil fue el país más espiado por Washington”, dijo el experto en una entrevista a Sputnik.
A este respecto, el politólogo hizo referencia a las declaraciones del exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, Edward Snowden, que demostraron que durante la Presidencia de Obama, Washington interceptó más de 2 millones de mensajes en Brasil.
“Me parece que así —con la confesión de Rhodes—, el Gobierno de Obama quiso destacar que es diferente de la Administración Trump (…) Yo pienso que es un gesto para los ciudadanos latinoamericanos en EEUU, de esa manera quieren hacer ver que los demócratas son diferentes a los republicanos de esta Administración en lo que se refiere a América Latina”.
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