jueves, 2 de febrero de 2017

Puerto Rico a las urnas: anexión, independencia o “estado libre asociado”

La Asamblea Legislativa de Puerto Rico debate la posibilidad de realizar una consulta sobre el estatus legal del país, que aún permanece como colonia de Estados Unidos bajo el eufemismo de “Estado Libre Asociado”.
puerto rico
El jueves 26 de enero, el Senado puertorriqueño había aprobado el llamado a la consulta por 22 votos a favor y ocho en contra. El proyecto fue impulsado por el Partido Nuevo Progresista (PNP, anexionista) y establecía como opciones la “Estadidad” y “Soberanía separada de Estados Unidos”. En contra votaron el Partido Popular Democrático (PPD) y del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), quienes presentaron enmiendas hasta último momento para modificar el texto de la convocatoria, pero no fueron tenidas en cuenta.
El martes 31 de enero el proyecto se trató en la Cámara de Representantes, donde el PNP intentó convencer a los diputados de los demás partidos incluyendo cambios en el término utilizado para la segunda opción: se remplazó la fórmula “Soberanía separada de Estados Unidos” por “Libre Asociación / Independencia”. Ni el PPD ni el PIP estuvieron de acuerdo, este último porque la ley establece que el Departamento de Justicia norteamericano tiene la potestad de validar o no las fórmulas establecidas para el plebiscito. De todos modos, el PNP impuso su mayoría, obteniendo 31 votos a favor y 16 en contra.

Ahora el proyecto vuelve a la Cámara de Senadores, y en caso de ser aprobado -como se descuenta por la mayoría que tiene el PNP-, la consulta del próximo 11 de junio incluirá entonces estas dos opciones: la admisión de Puerto Rico como el estado número 51 de Estados Unidos (“Estadidad”) o su rechazo, expresado en la boleta “Libre Asociación / Independencia”.
El proyecto de ley establece que, en caso de triunfar la segunda alternativa, quedaría convocado un referéndum para el 8 de octubre de 2017, en el que la población deberá elegir entre dos opciones: la llamada “libre asociación” -que es el estatus actual, carente de soberanía- o la independencia. En cambio, si el 11 de junio triunfa la opción de “estadidad”, se iniciará en forma inmediata un proceso de transición para la admisión de Puerto Rico como un estado de Estados Unidos.
La isla se encuentra en una crítica situación económica para llevar adelante la consulta. La presidenta de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) de Puerto Rico, Liza García, advirtió que actualmente el país no cuenta con dichos fondos, ya que aún se adeudan los gastos de los comicios de noviembre. Por ese motivo, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, firmó el domingo 30 de enero la Ley de Emergencia Financiera y Responsabilidad Fiscal que extiende hasta el 1° de mayo la declaración de emergencia fiscal en ese país.
Roselló ganó las elecciones el 8 de noviembre de 2016. El triunfo del PNP le permitió acceder a la gobernación y a la mayoría en ambas cámaras. Durante la campaña electoral, en reiteradas ocasiones se manifestó a favor de la anexión, afirmando que será el último gobernador de la isla y el primero del Estado 51 de Estados Unidos. La victoria en la urnas envalentonó a este partido para llevar adelante la “estadidad” como una de sus primeras medidas de gobierno.
No obstante, el 58% de la población de la isla no votó a Roselló. Vale recordar que desde 1993 se realizaron tres consultas para aprobar la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos y en todas la propuesta fue derrotada -necesita superar el 50% de los votos para ser aprobada-. En 1992, logró el 46,3%; en 1998, el 46,5%; en 2012, el 46,3%. Si el Senado aprueba la iniciativa, el del 11 de junio será el cuarto intento, con pronóstico aún incierto.
Una larga historia colonial
A diferencia de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, en el siglo XIX Puerto Rico no pudo completar su independencia de la Colonia, ni siquiera formalmente. Y luego de la debacle española en América, la intervención abierta de Estados Unidos en el Caribe postergó el sueño de soberanía para el pueblo puertorriqueño.
Hacia 1898, tanto Puerto Rico como Cuba continuaban siendo colonias, aunque con fuertes luchas por su independencia. En Cuba, los mambises estaban a punto de vencer a la Corona española, que mantenía el control desde la invasión europea del siglo XV. Y en Puerto Rico, la presión independentista había logrado una Carta Autonómica que ampliaba la capacidad de autogobernarse, aún bajo régimen colonial. Pero un acontecimiento inesperado cambiaría el curso de la historia, con impacto hasta la actualidad.
El 15 de febrero, un explosión hundió el acorazado de bandera norteamericana Maine, fondeado en el puerto de La Habana. Este fue el pretexto que necesitaba Estados Unidos para declarar la guerra a la Corona Española y en ese proceso, poner bajo su propio control a Cuba y Puerto Rico. Así comenzó a expandir su poderío en el mar Caribe, que pasaría a formar parte de su “zona de seguridad” desde ese momento.
El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por medio del cual se estableció que el derrotado Reino de España cedía a Estados Unidos los territorios de Cuba y de Puerto Rico en el Caribe; y Guam y Filipinas en el Pacífico.
En el caso de Cuba, el país debió soportar largos años de intervención directa e indirecta de los Estados Unidos, que controló la estratégica isla en la mayor parte de las siguientes seis décadas. Este proceso culminó el 1 de enero de 1959, cuando los revolucionarios comandados por Fidel Castro derrocaron a la dictadura de Fulgencio Batista.
En cambio, y a pesar de que sectores de la población mantuvieron una lucha permanente por la independencia, Puerto Rico continuó hasta la actualidad bajo control norteamericano, a través de diferentes modalidades.
El 3 de julio de 1950, el Congreso de Estados Unidos sancionó a través de la llamada “Ley Pública 600” el actual estatus de Estado Libre Asociado (ELA). Este mantiene la subordinación del país sin ponerlo en un pie de igualdad, respecto a los derechos políticos, con el resto de los territorios reconocidos como Estados. Esta situación se convierte en el argumento principal para los sectores que proponen que Estados Unidos directamente anexione a Puerto Rico, completando un proceso que lleva casi 120 años.
Fernando Vicente Prieto
El Ciudadano

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