El centro sanitario pone en marcha una iniciativa pionera en España
Kadir, Hada, Nina y Cookie han sido los primeros perros en cruzar las puertas del hospital público de Can Misses de Ibiza. Cuatro canes que no serán los últimos en hacerlo después de que el centro sanitario haya impulsado una iniciativa pionera en España que permitirá a los perros visitar a su dueño durante un ingreso en el hospital de la isla. El programa Dogspital ya está en marcha y facilitará a los pacientes la posibilidad de que su mascota, después de pasar una serie de filtros, pueda acudir al centro sanitario para pasar un rato juntos y aliviar la convalecencia.
El programa lleva meses gestándose y ha requerido del trabajo conjunto entre la gerencia de Can Misses, el Colegio de Veterinarios, un educador canino y varias empresas. “Los perros tendrán que pasar antes una serie de exámenes para acceder al hospital” afirma la coordinadora de la Unidad de Seguridad del Paciente, Paz Merino, que considera que las visitas contribuirán a mejorar “el estado de ánimo del ingresado”. Una iniciativa para personas que padecen enfermedades que les obligan a pasar largo tiempo en el hospital y se ven privadas de la compañía habitual de su mascota, a la que no vuelven a ver hasta que son dados de alta.
“Hay gente que es ingresada y que sabe que no se va a salir en pocos días, pero podemos hacer que pase un tiempo en un estado más feliz” afirma Merino, con quien coincide el educador canino Toni Torres, que se encargará de la evaluación de los perros. Las visitas harán que la separación entre mascota y dueño “no sea tan traumática”. “Hay un beneficio mutuo, el dueño añora al perro y viceversa” insiste.
Pero antes de permitir la entrada de la mascota en el hospital, el médico encargado del seguimiento del paciente tiene que dar su visto bueno al encuentro. Una vez pasado este primer filtro, los familiares del propietario tendrán que acreditar las condiciones higiénicas del perro y las vacunas que se le han inoculado. Si todo es correcto, la mascota será visitada por el educador canino en su entorno y después irá con él en una primera incursión al hospital para conocer las condiciones del centro sanitario. “Hay un trabajo para adaptarlo al medio” dice el educador.
Y es que no todos los perros saben andar sobre un suelo de mármol resbaladizo y sin rugosidades, ni entrar en un ascensor o enfrentarse a un gotero que se desplaza. Tras la visita al centro y si la valoración del educador es positiva, el perro tendrá vía libre para visitar a su dueño en encuentros que se llevarán a cabo en una sala especialmente acondicionada para ello. Comedero, bebedero y chucherías en una habitación diáfana en la que se puede meter una cama en caso de que el paciente no pueda desplazarse. En episodios graves en los que el propietario ni siquiera pueda abandonar la habitación, el perro podrá ser autorizado a acceder a ella. “Estamos convencidos de que será una experiencia positiva para los dos” sostiene Torres.
Dogspital es un programa pionero en España que cuenta con un espejo en el que mirarse en Australia, donde las visitas de perros a sus dueños ingresados funciona con normalidad desde hace muchos años. “Era una propuesta complicada de sacar adelante” admite Merino, satisfecha del trabajo desarrollado por todos los departamentos del hospital en un programa que tendrá “un coste cero” para las arcas públicas porque los implicados colaboran de forma altruista. De momento, un paciente ingresado en el área de Traumatología ya espera la visita de su perro en los próximos días.
El Ciudadano
0 comentarios:
Publicar un comentario