Además de las respuestas internacionales, las declaraciones del presidente filipino Rodrigo Duterte podrían escandalizar a la sociedad de su país, mayoritariamente católico.
El presidente filipino, Rodrigo Duterte, se ha pronunciado a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo y ha admitido que en el pasado consideró la opción de hacerse bisexual.
“Apoyo los matrimonios entre el mismo sexo si esa es la tendencia moderna. Si esto significa su felicidad, lo respaldo”, dijo el mandatario ante una convocatoria de la comunidad LGBT en Dávao el pasado domingo.
El jefe de Estado, conocido por sus frecuentes declaraciones polémicas, indicó que se opone a la discriminación sexual, que tiene dos cuñados gais y que no está en contra de la presencia de ministros homosexuales en el Gabinete, informa Philippine Daily Inquirer.
“Quiero que haya matrimonios gais. El problema es que debemos cambiar la ley, pero podemos cambiarla”, agregó refiriéndose al Código Familiar, que define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.
En tono de broma, aseguró que se planteó hacerse bisexual para “disfrutar de ambas maneras, pero eso no sucedió”.
Antes de su elección para el cargo presidencial, Duterte expresó su apoyo a los derechos de las personas LGBT diciendo en la televisión en 2015 que no vería con malos ojos que su hijo fuera gay, ya que “todo el mundo tiene derecho a ser feliz”. Prometió considerar la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo y permitir que los homosexuales sirvan en las Fuerzas Armadas.
Las declaraciones de Duterte podrían escandalizar a gran parte de la sociedad en Filipinas, una nación mayoritariamente católica. El presidente no coincide con la Iglesia católica en varias cuestiones como los métodos artificiales de control de la natalidad y la pena capital.
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