A menos que vivas en uno de los doce países que han prohibido organismos genéticamente modificados (OGM), entonces seguramente los estás comiendo. Es casi imposible evitar todos los alimentos OGM, pero educarte a ti mismo puede hacer una gran diferencia en el porcentaje de alimentos que compras como consumidor.
1. Conoce los productos más comunes que son genéticamente modificados. Estos son los que con más probabilidad están modificados:
Soya – Un estimado del 93% es GM.
Maíz – Un estimado del 86% es GM.
Canola – 100% GM.
Remolacha azucarera – Un estimado del 95 % es GM.
Algodón – Un estimado del 93% es GM (las semillas son prensadas dentro del aceite de semillas de algodón y la margarina)
Lactosa – Las vacas son inyectadas con la hormona rBGH/rBST que es GM y posiblemente alimentadas con paja GM.
Azúcar – El azúcar refinada es casi siempre GM. Lo mejor es comprar azúcar de caña.
Papaya – Un estimado del 80% de la papaya china en GM.
Zucchini.
Alimentos que casi seguramente contienen ingredientes GM:
Endulzantes artificiales | Pan |
Dulces | Aceite de canola |
Cereal | Papas fritas |
Chocolate | Mantequilla de maní |
Aderezo para ensaladas | Refresco |
Queso de soya | Proteína de soya |
Salsa de soya | Galletas |
Tofu | Salsa de tomate |
Helado | Productos lácteos de vacas tratadas con OGM. |
2. Si comes carne, asegúrate de que las vacas hayan sido alimentadas de pasto (grassfed)
3. Compra localmente
Es más probable que la comida importada o industrial esté GM. Compra en mercados o directamente de los productores.
4. Compra alimentos no refinados ni preparados
Intenta comprar alimentos crudos y cocinarlos tú mismo. Nada que venga en una caja o en una lata es muy confiable en este sentido.
5. Crece tu propia comida
Así sabrás exactamente lo que estas comiendo. Compra semillas nativas o regionales mantenidas por granjeros en comunidades étnicas o aisladas.
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