Una fosa común con un número indeterminado de civiles apuñalados, degollados, tiroteados y quemados es la 'herencia' que supuestamente dejaron los rebeldes sirios al abandonar uno de los poblados de la gobernación de Latakia.
El terrible hallazgo fue realizado por los soldados del Ejército que acababan de restablecer el control sobre el territorio, que estuvo durante largo tiempo bajo el poder de la insurgencia extremista. La fosa está repleta de cadáveres y representa una nueva prueba de los múltiples crímenes que los grupos terroristas habrían cometido durante el conflicto.
Identificar algunos de los cuerpos es una tarea difícil, señala la agencia de noticias SANA, por las quemaduras y la descomposición que presentan. Los soldados solo pudieron discernir la presencia de mujeres y niños, quienes sufrieron heridas de arma blanca o presentan disparos.
Antes de que las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad recuperaran el control total de tres localidades de la gobernación, los medios locales estimaban en 450 personas el número de las víctimas mortales del conflicto entre los residentes. Las muertes se atribuían tanto a la insurgencia, como a los mercenarios extranjeros que participan en la guerra con ayuda de las monarquías del golfo Pérsico, Turquía y algunos países de Occidente.
Con el nuevo hallazgo, la cifra de las pérdidas humanas que se estaba barajando podría subir dramáticamente, al tiempo que la ONU estima en más de 100.000 el número total de muertos por las atrocidades y los enfrentamientos que forman parte del conflicto armado en Siria.
0 comentarios:
Publicar un comentario