Por Yisell Rodríguez Milán
Y ahí está Facebook, haciendo de las suyas. Ahora se trata de una extensión del botón “Me gusta”, con lo cual amplían desde el 24 de febrero las posibilidades de respuestas de los usuarios, quienes pueden describir sus más “profundas” emociones a través de otros cinco nuevos emoticones: “Me encanta”, “Me divierte”, “Me asombra”, “Me entristece” y “Me enfada”.
¿Garantizan una nueva experiencia? Sí ¿Muestran su capacidad para evolucionar junto a sus consumidores? Obvio ¿Hay algo –quizás la posibilidad de más dinero– detrás de las nuevas “reacciones” implementadas? Pónganle un cuño…
Un año –dijo Sammi Krug, director del estrenado producto– estuvieron estudiando nuestras respuestas en esa red social a partir de los íconos gestuales más usados. “En un principio –publicó en el centro de noticias de Facebook– no importará si a alguien le gusta, encanta o entristece un post, vamos a utilizar una reacción similar para inferir que usted desea ver más de ese tipo de contenido”.
O sea, Facebook supondrá/calculará que el usuario desea ver contenidos parecidos incluso si lo más usado fue un emoticón de ira.
¿Incidirá esto en las páginas?, preguntaban en la red. La respuesta no se hizo esperar: “Vemos esto como una oportunidad para que las empresas y los editores comprendan mejor cómo la gente responde a su contenido (…) Las reacciones tendrán el mismo impacto en la publicación de anuncios como gustos”, escribió Krug.
El 8 de octubre de 2015, a través de su página de Facebook, Mark Zuckerberg hizo alusión por primera vez a la novedosa experiencia. Ese día comenzaban el testeo de las reacciones como una experiencia “sencilla y respetuosa” en Irlanda y España. “Aprenderemos de esto antes de llevar la experiencia a todo el mundo”, posteó entonces el fundador de la red azul, quien además señaló que no se trataba de botones para la aversión sino que daban el poder de expresar fácilmente la tristeza y empatía.
Pistas pequeñas para enormes tendencias
Se manejan algunas ideas sobre lo que hay detrás de la novedad. En algunos blogs de tecnología se especula que esto revela las intenciones de estudiar y restringir la expresión humana a través de las técnicas de minería de datos; que la información recopilada beneficiará a los directores creativos y de arte publicitario; o que la compañía formalizó la gama de emociones que la mayoría considera seguras y apropiadas para expresarse, una consideración por demás bastante relativa.
La primera muestra de cómo se materializan estas previsiones las aportó Chevrolet Chevy con un anuncio salido ¿casualmente? el 24 de febrero. En él se invitaba al espectador a mostrar su “amor” por el vehículo.
“Solo el nuevo Malibu inspira la emoción de amor”, dijo a PRESSROOM Paul Edwards, el vice presidente de marketing de la empresa, quien añadió que “las reacciones de Facebook añaden una nueva dimensión de sentido que nos ayuda a crecer más cerca de todos los que aman nuestros coches y camiones”.
Así Chevrolet Chevy se enfocó directamente en las audiencias de la red, convirtiéndose en una de las primeras marcas en usar el nuevo recurso… que tiene los mismos poderes que el clásico “Me gusta”: el efecto multiplicador y la relevancia del amigo.
Lo que no parece preocupar a los publicistas es que ya también es posible responder a las publicaciones a través de emociones negativas como la tristeza o la ira, que vendrían siendo unas suaves extensiones del “No me gusta” que la empresa nunca nos dio.
El mismísimo Zuckerberg reconoció hace unos años en California que durante mucho tiempo la gente le había pedido el botón de “No me gusta” o alguna alternativa para mostrar distintos grados de satisfacción con ciertos contenidos. “A fin de cuentas –admitió– dar “Me gusta” en una publicación “triste” puede parecer insensible”.
Aún así decidieron no implementarlo porque atraería mucha negatividad, podría convertirse en una herramienta que aumentase las altas tasas de acoso cibernético, y repercutiría de forma negativa en la imagen de ¿adivinen qué? las empresas y marcas…lo cual provocaría la pérdida de grandes ingresos para Facebook.
El Informe de Evolución y Perspectivas de Ecommerce 2015, elaborado por la organización Building a better working world y el Foro de Economía Digital nos recuerda, a propósito, que en el 59% de los eCommerce encuestados la fuente de tráfico proviene de los buscadores SEO y las redes sociales revisadas a través del móvil.
Pero había que satisfacer de todas formas a los usuarios así que la entrada en escena de “Me entristece” y “Me enfada” son una respuesta a esa demanda. Chris Cox, otro jefe de la compañía, enfatizó su esperanza en que estos emoticones “aborden el espíritu de la petición [de la comunidad] de una manera más amplía” que el simple botón de “No me gusta”.
Yo, escéptica ante las amplias probabilidades de que ahora Facebook sepa mucho más de mí, mis gustos y los de mis amigos, los dejo con el curioso pie de foto que acompañaba una imagen de la agencia AP que encontré en Google:
“Si tus emociones no caen en una de estas seis categorías, estás de suerte”.
(Tomado de Cachivache Media)
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